Detener la privatización. La primera jugada del gobierno de Alexis Tsipras parece destinada a desatar un terremoto y podría desembocar en un largo tira y afloja con la Troika. Las privatizaciones, de hecho, fueron uno de los pilares fundamentales del acuerdo alcanzado por el gobierno anterior con los acreedores de Grecia.
Un pilar que, sin embargo, parece haberse derrumbado rápidamente tras las elecciones: el ministro de Energía, Panagiotis Lafazanis, de hecho, ya ha anunciado que bloqueará el plan de privatización del 30% de la Empresa Pública de Energía (cuyo Estado controla la cuota mayoritaria) y la empresa distribuidora de electricidad Admie.
Así como se ha congelado de momento la venta del 67% del Puerto del Pireo, que veía como favorito al gigante chino Cosco, que ya había comprado dos terminales en el puerto del Pireo, cerca de Atenas.
La primera sacudida inmediata la registraron los sismógrafos de la Bolsa de Valores, donde los valores del Puerto del Pireo y el PPC registraron caídas de dos dígitos, al igual que los valores de numerosos bancos. Más en general, la Bolsa de Atenas registró caídas de más del 7% al final de la mañana. Además del parón de las privatizaciones, los mercados están alarmados por los temores, cada vez más fundados, de un largo tira y afloja entre el Gobierno de Tsipras y la Unión Europea por la renegociación de la deuda griega.