Para Grecia, la hipótesis del default selectivo está avanzando. En cambio, parece haberse evitado la idea de un nuevo impuesto a los bancos. Estos son los puntos centrales del acuerdo alcanzado por Angela Merkel y Nicolas Sarkozy, que en la noche que se conocieron en Berlín. Las conversaciones, que duraron unas siete horas, contaron con la presencia del presidente del BCE, Jean-Claude Trichet.
Berlín y París han llegado finalmente a un acuerdo en dos puntos fundamentales: la participación del sector privado en la financiación de la deuda griega (medida a la que Alemania se había opuesto hasta ayer) y el fortalecimiento del fondo de ahorro estatal de la UE, el EFSF, que debería estar autorizado a comprar bonos del Estado de países en crisis también en el mercado secundario. También se habla de ampliar la duración de los préstamos a países en dificultad (por lo tanto también a Portugal e Irlanda) de siete años y medio a 15 años, a un tipo de interés reducido del 4,5 al 3,5%.
El acuerdo franco-alemán debería ser la base de las nuevas medidas a favor de la economía griega que se establecerán hoy en Bruselas, donde tiene lugar una cumbre entre los jefes de Estado y de Gobierno de la Eurozona. El primer objetivo es evitar que la crisis de la deuda de Atenas contagie a otros países del sur de Europa, sobre todo a España e Italia.
Según una fuente del Elíseo citada por Le Monde, el impago selectivo que Merkel y Sarkozy tienen en mente para Grecia podría "durar unas horas, unos días o unos meses, según los valores y las agencias de calificación". Las modalidades de implementación de la disposición aún deben negociarse, pero parece que la asignación de 30 mil millones de euros ya está prevista como garantía.
El BCE siempre se ha opuesto a la hipótesis de un default griego, aunque sea selectivo. El temor es que pueda haber un shock sistémico comparable al de 2008 y alimentado por rebajas en cadena de las agencias de calificación. En este punto, sin embargo, parece que incluso la institución de Frankfurt puede aceptar el compromiso alcanzado entre Francia y Alemania.
Fue el default griego el que anticipó la posibilidad Jean Claude Juncker, presidente del Eurogrupo, quien dijo por la mañana que "no descarta" una solución similar, aunque "debería hacerse todo lo posible para evitarla". La reacción de las Bolsas no se hizo esperar, cayendo todas las cotizaciones europeas en territorio negativo. Sin embargo, al cabo de unas horas se produjo un cambio brusco de rumbo en los mercados, rebotó en la estela de los rumores del posible acuerdo rescate-Grecia.
