comparte

Gran Nibali: Lombardía sigue siendo suya

Lo Squalo repite el éxito de 2015 y se confirma como un campeón capaz de ganar en las grandes carreras por etapas y en las clásicas de un día.

Gran Vincenzo Nibali que gana el Giro di Lombardia repitiendo el éxito de 2015: tras el tercer puesto en el Giro y el segundo en la Vuelta, el triunfo en el clásico-monumento de las hojas muertas relanza al Tiburón en lo más alto del ciclismo mundial, uno de los pocos campeones capaz de dominar en las grandes carreras por etapas y en las clásicas de un día. Dos triunfos, con dos llegadas en solitario al borde del lago de Como, que potencian las cualidades de Nibali, un corredor que interpreta el ciclismo de la manera que más gusta a la gente, arriesgándose incluso a perder para intentar ganar.

Le fue mal por una desafortunada caída en los Juegos Olímpicos de Río, ayer el Tiburón, con la misma valentía que lo distingue, rompió el banco de Lombardía a su manera: primero al no perder las ruedas de un cliente peligroso como Thibaut Pinot , a quien había atacado en Civiglio (desplazando a todos los demás desde Quintana hasta Aru y Uran, recién vencedor en la Milán-Turín), luego despegando en el tortuoso descenso a unos 10 km de la meta, dejando al francés, escurridizo para todos, en la estacada.

Una apoteosis de la multitud la esperaba en la interminable avenida de llegada con el Tiburón que tuvo tiempo de sobra para escenificar todo un repertorio de gestos en señal de júbilo. El segundo, el francés Julien Alaphilippe -ya tercero en el Sanremo- llegaba pasados ​​unos treinta segundos. El tercero fue Moscon. Aru terminó sexto detrás de un Pinot decepcionado, que cierra una temporada de vacas muy flacas.

Revisión