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Golf, éxito del Open de Roma con algunos inconvenientes

El balance del 75º Abierto de Italia celebrado en la Olgiata de Roma

Golf, éxito del Open de Roma con algunos inconvenientes

Todo bien y todo bien enAbierto de Italia número 76, disputada en la Olgiata de Roma de jueves a domingo y ganada por el austriaco Bernd Wiesberger (ahora primero en la Carrera a Dubai).

Todo bien y todo bonito, con algunos pequeños contratiempos. En primer lugar Francesco Molinari, número 11 del mundo y principal atractivo para la afición, abandonó el escenario tras los primeros 36 hoyos. En su defensa hay que decir que todos los campeones de golf tienen malos días y que el turinés ha vuelto de muchos éxitos, muy caros en términos psicológicos, y probablemente solo necesite recargar pilas.

Estaban bien por otro lado el blues Francesco Laporta y Andrea Pavan, séptimo y décimo respectivamente, en un trazado complicado que puso en aprietos incluso a un campeón como el inglés Justin Rose.

El público acudió en gran número. Según datos proporcionados por la Oficina de Prensa de la Federación la asistencia total en cuatro días fue de 29, 6 mil el primer día, 7 mil el segundo, 16 mil el fin de semana. No faltaron los problemas logísticos, debido a la gran distancia de los aparcamientos desde la entrada y los horarios no impecables de los autobuses, pero en general todo salió bien. En cambio, hay una nota que hacer en la taquilla, en términos de fondo e imagen. El coste de la entrada era de 15 euros el jueves y viernes y de 20 euros el sábado y domingo, pero solo para los que pagaban en efectivo.

Quienes querían pagar con tarjeta de débito o crédito tenían que añadir un euro a estos precios (que así se convirtió en respectivamente 16 y 21 euros). Un aumento, en proporción, más bien salado. La explicación del encargado de la taquilla en el lugar radica en la comisión que aplican los bancos. Ahora no sabemos a cuánto ascienden las comisiones bancarias por los TPV, pero en una fase en la que se habla de la lucha contra la evasión fiscal también a través de la limitación del uso de efectivo, con recompensas para quienes utilizan pagos electrónicos, es sorprende que la realidad esté tan alejada de la mejor voluntad política. 

Una vez cerrado el incidente, al final del partido el presidente de la FIG Franco Chimenti se mostró satisfecho con el resultado del evento -auspiciado por segundo año por Fideuram Intesa Sanpaolo Private Banking, banco oficial del torneo- y optimista sobre el camino recorrido hacia la Ryder Cup 2022. Un camino que, recordamos, implica una decena de Open millonarios, es decir, un esfuerzo extraordinario para una pequeña realidad como la del golf italiano.

Olgiata, anunció Chimenti, también se propondrá como sede del Abierto de Italia 2020. Ya veremos. El evento probablemente llegará al Marco Simone Golf Club, elegido para el Ryder en Roma, tan pronto como esté listo. El campo de Biagiotti, que actualmente está experimentando un profundo restyling para satisfacer las estrictas necesidades internacionales, adquirirá un nivel tan alto, según el presidente de la FIG, que puede aspirar a convertirse en la sede definitiva del Abierto de Italia después de 2022. 

Veremos si todo este esfuerzo económico y de promoción se ve recompensado por el aumento del número de golfistas en Italia, que por ahora se limita a un pequeño círculo (unos 91 socios en 2018) por leales y entusiastas que sean. De hecho, cabe destacar la extraordinaria amabilidad y seriedad de los 350 voluntarios de toda Italia que trabajaron por el éxito del Open de Olgiata, ofreciendo apoyo a los jugadores y al público. Finalmente, la Casa Club y los servicios puestos a disposición de los numerosos huéspedes son impecables. 

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