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Giro: Quintana de rosa en el Blockhaus

El colombiano destaca a todos al conquistar la etapa y la primacía - Nibali quinto cede exactamente un minuto - Pinot, Dumoulin y Mollema fueron mejores que el Tiburón - Una caída al pie de la subida deja caer a Thomas y Yates en la clasificación, ahora a unos 5 minutos detrás del Cóndor – Descansa hoy antes de la contrarreloj de mañana con Dumoulin como gran favorito

Giro: Quintana de rosa en el Blockhaus

El Blockhaus es el majestuoso anfiteatro donde el Giro protagoniza por fin una actuación memorable al seleccionar a sus mejores actores: Nairo Quintana, el cóndor que vuela invencible domando las lúgubres laderas de la montaña de los Abruzos hasta conquistar el escenario y el maillot rosa; Vincenzo Nibali, el Tiburón que rechaza generosamente uno, dos, tres tiros de su rival antes de ceder con honor, conteniendo el hueco en un minuto; Thibaut Pinot, el paladín francés que el día de la inauguración de Macron persigue al segundo clasificado Cóndor con apenas 24”, una prueba mayúscula que da esperanzas al Exagone de poder recuperar ese Tour que esquiva a las transalpinas desde 1985; con él tercero está el tulipán negro, Tom Dumoulin, un gran contrarrelojista que en los días buenos también inventa un trepador exuberante; cuarto a 41” justo por delante del Shark, Blauke Mollema, el tulipán marrón, una especie de diesel en los pedales; detrás de Nibali, está Domenico Pozzovivo, el pequeño aguilucho lucano que da su alma para permanecer unido a los adultos; después de más de 5 minutos, también llega entre aplausos el guerrero herido, Geraint Thomas, con la camisa rota y la espalda lacerada, producto de una caída al pie del cerro, capaz de volver a subirse a la silla sufriendo las penas del infierno para limitar un retraso, que de hecho pone en los bordes en los bordes del Giro.

Se esperaba que el Blockhaus prendiera fuego a un Giro hasta ahora blindado y la montaña de bandoleros no defraudó las expectativas, dando el primer pésimo tamizado de la clasificación ahora encabezada por Quintana, el súper favorito de este Giro, con 28” sobre Pinot y exactamente medio minuto sobre Dumoulin. Le sigue Mollema a los 41” y Nibali a 1'10”. El Cóndor ha domesticado el Blockhaus como lo hicieron los grandes grimpeurs del pasado: un auténtico espectáculo en el escenario único de la Maiella. A mitad de camino, cuando las cuestas se volvían asfixiantes, lanzó cuatro sprints, el último decisivo para adelantar primero a Nibali y luego también a Pinot.

Nibali, ante la imposibilidad de seguir al grimpeur más fuerte del momento, prefirió subir con su ritmo, incluso siendo superado por Dumoulin, en plena forma, y ​​por el otro holandés Mollema. La Blockhaus ha confirmado que Quintana es el hombre más fuerte de todos pero el Giro, que hasta Peschici prácticamente no había empezado, no ha acabado en lo más alto de la Maiella. Para ganarla, Quintana aún tendrá que hacer el inalcanzable Cóndor: el Milan aún está lejos y ya mañana, tras el segundo descanso de este lunes, la contrarreloj de casi 40 km ofrecerá de inmediato la oportunidad de vengarse de sus rivales que están persiguiéndolo más de cerca, en particular para Dumoulin, especialista en carreras contrarreloj, que también podría ganar el maillot rosa.

Nibali también parece estar recuperando parte del hueco sufrido ayer por Quintana. Pero el Blockhaus, si aún no ha sancionado la victoria final de Quintana, en todo caso ha dejado claro y quizás definitivamente quiénes ya han perdido este Giro como el ex maillot rosa Bob Jungels, que pese a defenderse lo mejor posible, perdió ante Quintana. tres minutos y medio cayendo al puesto 12 de la clasificación general. Incluso Ilnur Zakarin y Steven Kruijswijck, aunque permanecieron entre los diez primeros, dieron la impresión de no poder seguir el ritmo del podio.

Asunto aparte para Geraint Thomas, Adam Yates y Mikal Landa, todos implicados en la caída provocada por la moto de un policía detenido a un lado de la carretera que restringía el paso a los pilotos, acabando por crear una carambola general en medio del grupo. . Fue al comienzo del ascenso del Blockhaus: la mitad del equipo del Team Sky pagó el precio con Thomas y Landa golpeados y furiosos pero también Adam Yates, el líder de Orica Scott. Landa volvió a subirse a su bicicleta antes que Thomas pero pedalear alrededor del vasco fue un suplicio que le llevó a la meta con casi media hora de retraso. El vasco probablemente abandonará el Giro.

Con los ánimos bajos, Thomas y Yates siguen en carrera pero su diferencia en la clasificación -unos 5 minutos- es tal que les deja fuera de carrera en un Giro que les vio entre los protagonistas hasta ayer. “Se acabó el juego”, admitió amargamente el propio Thomas al llegar, ensangrentado y furioso. Así continúa la maldición que acecha al Team Sky en el Giro con una secuencia de retiradas que se suceden desde hace años, del fracaso de Wiggins en 2013 al de Porte en 2015, del abandono de Landa en 2016 a la carambola de ayer, que también se produjo a los pies de un gigante que es difícil de escalar estando bien, y mucho menos con huesos malos como lo hicieron Thomas, Landa y Yates.

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