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Giro: Zakarin gana en Imola pero Contador flexiona los músculos

El maillot rosa maneja la carrera a su antojo y se lanza al ataque, pero Aru no se rinde. Mala caída de Urán. Hoy una etapa complicada con el tramo final en Monte Berico.

Giro: Zakarin gana en Imola pero Contador flexiona los músculos

Alberto Contador, que lleva siete días con el maillot rosa, dice que quienes le consideran ya ganador del Giro no saben muy bien qué es el ciclismo. Con apenas 3” de ventaja sobre el segundo que es Aru nadie puede presumir de ser el maestro de la carrera, ni siquiera El Pistolero aunque sea el piloto más fuerte que hay hoy para las grandes vueltas. Dados los riesgos asociados a la profesión de ciclista, el español tiene razón en difundir cautela. Pero su actuación en la subida a Tre Monti antes del picado hacia la meta en el circuito de Imola al menos dice que, una vez superados los miedos y el traumatismo en el hombro, el maillot rosa vuelve a gestionar la carrera a su antojo después de días. gastado a la defensiva. Un disparo que sorprendió a todos, incluso a Aru, algo tiritando bajo la lluvia, que luchó bastante para remontar la distancia que le impuso su rival español. Una acción, completamente instintiva según Contador, no tanto con el objetivo de ganar segundos, sino quizás para poner a prueba la salud de sus rivales. Un gesto perentorio que eliminó, si acaso, cualquier posibilidad residual de que Aru intentara una emboscada al final de una etapa transcurrida íntegramente en el interior de la Romaña, con continuos tirones y descensos antes de la suntuosa final en el Enzo y Dino Ferrari. Un lugar que rememora los triunfos y tragedias del deporte, desde el inolvidable galope hacia el iris de Vittorio Adorni en el Mundial de 1968 hasta el conmovedor final de Ayrton Senna en 1994, drama recordado ayer en la carrera por Murilo Fisher, único corredor brasileño en el Giro, con un casco dedicado al extraordinario piloto de Fórmula Uno.

Al final de muchas escaramuzas no hay conmoción en la clasificación, sino más bien en los estados de ánimo de los protagonistas que cambian día a día. En claro ascenso el de Contador, en claro descenso los de Porte y Uran. El Team Sky Tasmanian seguía aturdido tras el mal día en Forlì que le costó casi tres minutos entre pinchazo y sanción. Ayer terminó sin daños pero nunca estuvo en el calor de la carrera. Para Contador es un error dar por fuera del juego a Porte, pero para las casas de apuestas la cuota del tasmano se ha más que cuadriplicado. Uran también acabó en el grupo de Contador y Aru pero cuánto miedo por una caída en la final en la que el colombiano se golpeó tanto la cadera y la cabeza contra el suelo que se le rompió el casco. Milagrosamente volvió a subirse a la silla, volviendo al grupo, ayudado por sus hombres, entre los que también destacaba Tom Boonen, que así se hizo útil en una carrera del Giro hasta ahora como cicloturista, en total anonimato.

En cambio, a estas alturas de la temporada, cada vez se hace más notar el ruso de los Katusha, Ilnur Zakarin, que tras haber tenido la satisfacción de robarle el último Tour de Romandía a un tal Chris Froome, se lo ha llevado el capricho de ganar con un taco en solitario su primera etapa en el Giro de Italia. Zakarin entró en la fuga del día. Con él estaban Betancur, Montaguti, Pellizotti, Rosa, Rutkiewicz, Intxausti, Fernández, Kruijswijk y Hesjedal, el canadiense que ganó el Giro en 2012 al vencer a Purito Rodríguez. Una compañía bien igualada que sin embargo no consigue seguir el ritmo de Zakarin cuando el ruso despega sobre el Tre Monti y sólo llega a meta 53” por delante de Betancur que regula el sprint de los primeros perseguidores. Hoy el Giro se centra en el Véneto y a la espera de las grandes montañas ofrece una etapa con un difícil final en lo alto de la vertiente del Monte Berico. Una prueba probatoria para entender cómo le va a Aru en concreto, que ayer aparecía un poco menos brillante que de costumbre.

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