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Gianfranco Borghini: "Corresponde a los jóvenes juzgar sobre la reforma laboral"

INTERVENCIÓN DE GIANFRANCO BORGHINI - Según el exjefe del grupo de trabajo de la Presidencia del consejo de empleo, son sobre todo los jóvenes quienes juzgan la reforma laboral porque superar el dualismo entre garantizado y no garantizado es el primer objetivo - Activo y nuevo políticas laborales relaciones laborales con más negociación empresarial

Gianfranco Borghini: "Corresponde a los jóvenes juzgar sobre la reforma laboral"

Sería justo que los jóvenes juzgaran la bondad o no de la reforma del mercado laboral porque es sobre todo para ellos que la reforma fue concebida y querida. Si así fuera, las reformas al artículo 18 no serían objeto de críticas tan severas como las que adelantan las organizaciones sindicales (no todas para ser honestos) y los partidos de izquierda, sino que se concentrarían más en los límites de la Reforma y, sobre todo, todo, sobre las incertidumbres y dilaciones con las que sindicatos, partidos e instituciones afrontan los problemas reales de la reforma del mercado laboral.

Una Reforma que realmente quiera abrir las puertas (hoy cerradas) del Mercado de Trabajo a los jóvenes debe ante todo apuntar a superar el dualismo entre "garantizado" y "no". Este objetivo se puede lograr si se hacen dos elecciones al mismo tiempo, como hizo el ministro Fornero. Si eso es, por un lado, se declara la voluntad de llevar dentro de unos límites fisiológicos la utilización del trabajo de duración determinada o por proyecto pero, por otro, es igualmente claro que no existe ninguna obligación para el empresario que contrata a un joven de garantizar que éste ese trabajo de por vida. Eso es lo que pretende la reforma del artículo 18 y en ese sentido es una medida a favor de los jóvenes. Por otro lado, el aumento de las contribuciones para trabajos de plazo fijo y proyectos es menos aceptable. En realidad, se trata de formas de trabajo útiles y necesarias que, en todo caso, deberían regularse mejor pero no inhibirse.

Una reforma del mercado laboral a favor de los jóvenes también debe prever que el joven ya no se quede solo cuando busca su primer trabajo o cuando, habiéndolo encontrado, corre el riesgo de perderlo. Es en ese momento que el estado debe desplegar plenamente sus "políticas laborales activas". Implementar políticas laborales activas significa, ante todo, hacer Capacitación y Reciclaje. Significa ayudar al trabajador a encontrar trabajo, también a través de agencias especializadas y profesionales, ya sean públicas o privadas. Significa monitorear constantemente el mercado laboral para facilitar un encuentro entre la demanda y la oferta de trabajo para poder adaptar las políticas escolares y de formación a ellas. Por último, significa utilizar amortiguadores sociales de forma focalizada y verificable, extendiéndolos a todos los beneficios.

Pero el objetivo más ambicioso de la Reforma debe ser impulsar una renovación profunda del sistema de Relaciones Laborales. Es una meta muy difícil de lograr porque presupone la inversión de la lógica misma de la Concertación que desde 1992 hasta hoy regula las relaciones entre los interlocutores sociales. En el '92 y '93 la Concertación salvó al país de la bancarrota y por eso tiene un enorme mérito histórico. Pero su continuación en el tiempo ha introducido tantas rigideces que hace prácticamente imposible cualquier innovación. Sobre todo, ha reducido drásticamente el espacio de negociación articulada a nivel de empresa, contribuyendo así a ampliar la brecha entre el salario del trabajador individual y los contenidos concretos de su trabajo, que son la profesionalidad, la responsabilidad, el esfuerzo y la productividad. Si los salarios de los trabajadores italianos se encuentran entre los más bajos de Europa, así como su productividad es baja, también se debe a esto.

Necesitamos romper este círculo vicioso y para ello debemos dar prioridad a la Negociación Articulada sobre la Negociación Nacional. A lo largo de este camino será posible, para aquellos que quieran fijarse este objetivo, llegar también a Italia. formas cada vez más avanzadas de cogestión. El modelo alemán, que tantas veces se invoca de manera inapropiada, en realidad presupone una asunción común de responsabilidad por parte de trabajadores y empresarios con respecto al futuro de la empresa. Esto que no pasa en Italia o, si pasa, como en el caso de Fiat en Pomigliano, provoca profundas laceraciones entre los sindicatos. Sin embargo, esta es la vía que permitiría reducir cada vez más el ámbito arbitral, incluso en materia de despidos individuales por causas económicas y disciplinarias. Lo que permitiría anclar la defensa del trabajo al constante crecimiento de la profesionalidad y productividad del trabajador más que a la intervención externa del Poder Judicial y que finalmente permitiría encomendar la resolución de los problemas que se van presentando al enfrentamiento permanente. entre las partes se colocan en la vida de una empresa sin tener que molestar a jueces, comisiones ministeriales o cualquier otra cosa.

La Reforma Fornero va en esa dirección y por eso es muy importante que se apruebe pronto. Pero aún hay un largo camino por recorrer. Tenemos que tener el coraje de innovar si no queremos que se abra una brecha entre sindicatos, instituciones y jóvenes y tal vez el presidente Monti estaba pensando precisamente en este peligro cuando, hablando en la reunión de Comunión y Liberación en Rimini, observó que mientras una Huelga General no tendría, en su opinión, ninguna justificación plausible, en cambio sí la tendría una Huelga Generacional. Y, aún hablando de novedades, conviene recordar la advertencia que Lord Melbourne dirigió a los conservadores ingleses que desconfiaba de las innovaciones. “Aquellos que se resisten a las mejoras como innovaciones pronto tendrán que aceptar innovaciones que no son mejoras”. No estaría mal que quienes, sindicatos o partidos políticos, hoy entorpecen el avance de esta reforma, reflexionaran sobre ello.

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