comparte

Alemania, la isla feliz del fútbol: el modelo económico alemán también gana sobre el campo verde

Guarderías, programación, inversiones, estadios: estos son los secretos del éxito del fútbol alemán, que cuenta con los clubes menos endeudados de Europa y trae a sus modernas y funcionales estructuras 42 espectadores por partido, un récord continental, por no hablar de la selección de Low : edad media 24 años, segundo puesto del ranking Fifa y entre los favoritos de la próxima Eurocopa.

Alemania, la isla feliz del fútbol: el modelo económico alemán también gana sobre el campo verde

Citado en todas las formas como un sistema económico ganador (incluso por el presidente francés Nicolas Sarkozy, quien se juega todo en su amistad con Angela Merkel para ser reelegido en el Elíseo), Alemania también se está convirtiendo en un modelo futbolístico

No sólo por los excelentes resultados, que vieron a la Mannschaft llegar a la final de la última Eurocopa y a las semifinales del Mundial de Sudáfrica hace dos años (derrotadas en ambas ocasiones por España, entonces campeona), sino por planificación e inversiones con visión de futuro que la han convertido en la isla feliz de la pelota europea, notoriamente hundido por las deudas y en crisis de espectadores e imagen.

Alemania, en cambio, parece tenerlo todo: academias excelentes, una selección rejuvenecida (la edad media en Sudáfrica es de 24 años) e impulsada por estrellas de talla internacional como Mezut Ozil y Thomas Muller, estadios siempre llenos (y modernos) y clubes rentables, a diferencia de lo que sucede en los demás campeonatos continentales, España e Italia sobre todo.

El origen de todo esto no es casual sino resultado de un proyecto iniciado hace 10 años por los directivos de la Liga de Fútbol (DFL), que tras las glorias de la era Matthaus (ganó un Mundial y una Eurocopa) no se durmió en los laureles (como pasa en otros lugares…) y en 2001, inmediatamente después de la vergüenza de la eliminación en primera ronda en el Campeonato belga-holandés del año anterior, inmediatamente corrió a ponerse a cubierto. No frenéticamente (como, una vez más, en otra parte...) sino mirando mucho más allá de tu nariz.

Desde 2002, los 36 clubes de la Bundesliga 1 y 2 para obtener la licencia deben tener un centro de entrenamiento para emparejar y alinear un equipo en todas las categorías de edad a partir de menores de 12 años. ¿El resultado? Así lo ilustra Christian Seifert, presidente de la Liga: “Esta temporada, las guarderías acogen un total de 5.000 niños: se han invertido 515 millones de euros en los últimos diez años, de los cuales 90 este año. Aquí porque El 57% de los jugadores de la Bundesliga (275 de 525, ed) son ciudadanos alemanes, el porcentaje más alto desde 1999”. Y eso no es todo: el estatuto de la Liga obliga a todos los clubes profesionales, empezando por los equipos menores de 16 años, a alinear al menos 12 jugadores elegibles para la categoría nacional.

Todo ello beneficia a la selección dirigida por Joachim Löw, que a pesar de no ganar un trofeo desde 1996, ocupa el segundo lugar en el ranking mundial de la FIFA, sólo por detrás de la España de los invencibles. Y sobre todo es joven, juega un fútbol rápido y divertido y además es "multicultural", como demuestra la presencia de varios jugadores de origen extranjero pero nacidos y criados en el país de Angela Merkel: el "turco" Ozil, el "tunecino Khedira, el “ghanés” Boateng (hermano del rossoneri Kevin Prince).

Está claro que esta explosión de fútbol y juventud (la edad media de la liga es de 25 años) no podía dejar indiferente a los aficionados alemanes que siguen llenando los estadios: la Bundesliga tiene la mayor asistencia de Europa con una media de 42 espectadores por partido, disfruta de los 2,82 goles por partido (récord continental también) y emocionado por la posibilidad de ver a casi todos los equipos competitivos, como lo confirma el hecho de que los últimos 5 campeonatos han visto cinco campeones diferentes.

No solo el Bayern, en definitiva, y no solo el entretenimiento y los goles. Dinero también. La facturación del fútbol alemán sigue creciendo (1,9 millones de euros) y sobre todo sus clubes obtienen cada vez más beneficios: +52,5 millones en el último año, después de impuestos. Doce de las 18 empresas de primera división cerraron el último ejercicio con beneficios, lo que permitió inversiones, por ejemplo, en estadios, que se encuentran entre los más modernos del mundo, sobre todo el Allianz Arena de Múnich. El dato más importante, especialmente en términos de juego limpio financiero, se refiere a la relación deuda/ingresos, que Alemania limita al 39%, frente a la media europea del 65% y algunas ligas en mucho peor estado: España 246%, Italia 156%, Inglaterra 129%.

Esa es precisamente la clave del éxito: a la espera de empezar a ganar de nuevo (hasta en Champions le falta un éxito teutón desde 2001 con el Bayern de Múnich), Alemania ya ha construido el futuro. Sus equipos están al día con sus presupuestos, los jóvenes crecen, el público se divierte, la selección ha abierto un ciclo del que ninguna otra en Europa y en el mundo puede presumir en calidad y perspectivas. Y en mayo se juega la final de la Champions League en Múnich. Alemania über alles.

Revisión