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Froome, una escapada de leyenda: ahora puede ganar el Giro

Espectacular carrera del campeón británico que en el Colle delle Finestre, a 80 km de la meta, se despega de todos sus contrincantes y se adjudica la victoria final - Caída vertical de Yates que llega media hora más tarde - Dumoulin pierde 3'27" y queda segundo a 40 " del nuevo maillot rosa, tercero es Pinot – Cede Pozzovivo, Aru retirado.

Froome, una escapada de leyenda: ahora puede ganar el Giro

Se respiraba un aire extraño del Tour al pie del Colle delle Finestre no tanto por la proximidad de la frontera francesa como por la actitud del Team Sky, que, como suele hacer en la Grande Boucle, había puesto a todos sus hombres a la cabeza del grupo tirando a toda velocidad como nunca había ocurrido en este Giro. Malas señales para todos, para el maillot rosa de Yates, que ya tenía mala pinta subiendo el primer paso del Lys pero también para el resto de grandes nombres de la clasificación, desde Dumoulin a Pozzovivo y Pinot. Era la premonición de la hazaña más loca y extraordinaria de su carrera que Chris Froome había decidido implementar para romper el banco e intentar ganar el Giro. A siete kilómetros de la cumbre, cuando el asfalto da paso al camino de tierra, los británicos, tras agradecer a sus tropas, dieron paso a su golpe rosa. Con una de sus aceleraciones, dejó a todos en la estacada al volar a la manera de los grandes campeones del pasado, desde Coppi hasta Merckx y Hinault, protagonista de una fuga legendaria, en solitario durante 80 kilómetros, entre los caminos más impermeables del Giro antes de la ascensión final al Jafferau donde le esperaba su primer maillot rosa con el triunfo de etapa. Para todos, la etapa 19 del Giro se convirtió en un Caporetto con pérdidas muy cuantiosas en una clasificación volcada por el campeón británico, autor de una carrera legendaria que lo lleva, si 4 Tours ganados y una Vuelta ganada no fuera suficiente, a la " Salón del hambre” para el ciclismo de todos los tiempos.

Incluso se hundió Simon Yates, cuyas primeras grietas descubiertas en Prato Nevoso se convirtieron ayer en abismos, engullido como estaba en la parte trasera de la carrera hasta sufrir un retraso de más de media hora en la llegada. Pero incluso Dumoulin, que estaba 2'54 por delante de Froome, tuvo que ceder ante la formidable acción de su rival, llegando a 3'27”. El holandés, que lleva mucho tiempo con el maillot rosa virtual, siempre es segundo a 40” del nuevo maillot rosa a hombros de otro británico al que todos creían haber derrotado. En tercer lugar, en la zona del podio, regresaba Pinot a los 3'07” mientras que Pozzovivo, en grandes apuros, se deslizaba al sexto lugar luego de más de 8 minutos. López y Carapaz también lo adelantaron. Para completar el mal día de los italianos, llegó también la rendición definitiva de Aru, que se bajó de la bici en las primeras curvas del Lys, dejándole un Giro para el olvido.   

A falta de 48 horas, el Giro encuentra a su maestro más autoritario, el señalado por todos a favor de la víspera pero que por el camino parecía haber acabado al filo de la lucha por la supremacía, tanto que tras el flop on el Gran Sasso, fuera del top ten, alguien le había venido a preguntar si él también tenía en mente la retirada. Pero él, a pesar de las caídas y muchas etapas sin color, en el fondo siempre creyó que podía recuperar el liderato del Giro, como hizo in extremis Vincenzo Nibali hace dos años. El Zoncolan fue el primer rasguño, el Colle delle Finestre la obra maestra que enloqueció de entusiasmo incluso a aquellos que a menudo han sido críticos y fríos con Froome por su forma de correr como un robot. Pero en un Giro donde nada parece obvio, nos espera la etapa de hoy en Cervinia, con sus otros 4 metros de desnivel a superar, para decretar el éxito oficial de Froome que a estas alturas debe temer más a los burócratas de la UCI que a Dumoulin aún sin decidirse. sobre el caso milenario del salbutamol, el broncodilatador hallado en la orina de Froome en un control antidopaje en la última Vuelta ganada por los británicos. Sería un golpe bajo para todo el ciclismo que una descalificación retroactiva anulara el desenlace de uno de los mejores Giros de los últimos años.

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