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FRECUENCIAS DE TELEVISIÓN - El efecto Cairo es bueno para Rai y Mediaset que pagarán menos al Estado

FRECUENCIAS DE TELEVISIÓN - Agcom ha establecido las nuevas reglas para las frecuencias de televisión en base a la última subasta ganada por El Cairo - Resultado: menos contribuciones adeudadas al Estado para Rai y Mediaset que adeudarán 13 millones al año cada una, así como TI Media y L' Espresso Group – Sin tarifas durante 20 años para El Cairo – El impuesto pasa de los editores a los operadores.

FRECUENCIAS DE TELEVISIÓN - El efecto Cairo es bueno para Rai y Mediaset que pagarán menos al Estado

Rai y Mediaset, con cinco multicines cada una, deberán pagar al Estado una aportación de 13 millones anuales cada una, mucho menos de lo que pagan ahora, al igual que Telecom Italia Media y Gruppo L'Espresso. Urbano Cairo, propietario de La7, no pagará nada durante veinte años. Entre los pequeños, si son sólo operadores de TV no pagan impuestos, pero si son propietarios de frecuencias pagarán por el uso de un bien público que hasta hace poco era gratuito. Por su parte, el Estado se libera del riesgo empresarial que compartía con los editores: si el negocio publicitario iba bien, Hacienda cobraba, si no, no.

Las nuevas reglas sobre las contribuciones de las frecuencias de televisión que acaba de lanzar Agcom, la autoridad de comunicación, están causando revuelo entre los protagonistas. Y rediseñan por completo el mercado de la televisión. Que clama favoritismo, que pide rebaja, que prevé el crecimiento de un hermano mayor de dos cabezas, Rai y Mediaset. Mientras crece el ruido polémico, es mejor hacer algo de claridad.

Mientras tanto, las nuevas reglas trasladan la carga del impuesto de los proveedores de contenido, y por lo tanto de los "editores", a los operadores de red. En segundo lugar, trasladan el impuesto del valor de la facturación empresarial al "valor" de las frecuencias.

En cuanto al primer punto, el escenario ha cambiado por completo con la revolución digital terrestre. Hasta el advenimiento de la tecnología digital, las dos actividades -editor y operador de red- se combinaban en un mismo sujeto, ya que para ser empresario televisivo era necesario tener las frecuencias, conquistando cuál se obtenía una especie de "calificación como redactor de televisión". ". Con la transición de lo analógico a lo digital, los roles se han dividido en dos, entendiéndose que algunas entidades como Rai, Mediaset, la7 tienen una empresa en la que integran a ambos. Otros, como el canal Sky with the Cielo, o el canal Discovery, o los canales de Disney, por otro lado, son solo editores, alojados en los canales de otras personas a los que pagan un boleto.

Agcom ha regulado la carga económica para quienes tienen frecuencias: los llamados multiplex (porque pueden albergar hasta seis canales cada uno). Por otro lado, sustrae de cualquier impuesto al negocio editorial, que hasta ayer debía pagar al Estado el "pike" del uno por ciento de su facturación (básicamente ingresos por publicidad y patrocinios). Un sistema que ha mostrado sus límites en los últimos años. Mientras que en 2011 el uno por ciento de la facturación de TV produjo 50 millones de aportaciones, más o menos 28 de Rai y 25 de Mediaset, ya en 2012 la crisis la había rebajado a 35 millones y en 2013 se recaudó la misma cantidad.

Para cambiar, el punto de partida fue establecer cuál era el valor de las frecuencias. Fácil: la ley disponía que se tomara como referencia la última subasta, es decir, la que cedió su espacio digital a El Cairo el año pasado. Una subasta con un solo competidor y sin concurso de belleza (es decir, un concurso real), por decisión del gobierno de la época, encabezado por Monti y con el ministro competente Corrado Passera. El resultado fue una auténtica ganga para El Cairo, que se llevó el botín por 31 millones que, oiga, también incluyen los cánones por veinte años de uso. Así que La7 se mantiene callada hoy, porque para ella nada cambia realmente con las decisiones de Agcom.

El efecto Cairo, sin embargo, fue mantener bajas las frecuencias de referencia para todos. Y por eso los operadores deberían estarle agradecidos. A partir de El Cairo, un multiplex de seis canales vale 2 euros. Para traducirlo en una contribución, Agcom tomó un tiempo. Tenemos que entenderlo, porque se vio en la necesidad de construir un algoritmo capaz de responder a dos requisitos. En primer lugar, no reducir la recaudación para el Estado, luego anular distorsiones de mercado como el acaparamiento de frecuencias que en realidad no se utilizan para hacernos televisión, dado que hasta ahora esto no tenía costo.

¿Resultado? Una serie de parámetros que modulan el valor de las frecuencias en relación, por ejemplo, a cuantas tienen (el valor base aumenta un 5 por ciento para el segundo multiplex, 10 para el tercero, 15 para el cuarto y 20 para el quinto); descuentos de hasta el 30 por ciento para quienes experimentan con nuevas tecnologías (cuesta imaginar que los buques insignia de Rai y Mediaset no lo hagan); un mecanismo gradual en la aplicación plena del nuevo impuesto (fueron cinco años, ahora hay planes para extenderlo a un máximo de 8 años). En cualquier caso, las ventajas de este conjunto de "interruptores" se reducirán a la mitad para los grandes nombres de viale Mazzini y Cologno. En cuanto a La7, siempre queda excluido y blindado por su antiguo acuerdo hecho en el momento de la transición a El Cairo.

Ahora el balón pasa a la cancha del Ministerio de Desarrollo Económico. Será allí, sobre la base de criterios político-financieros, donde se decidirá cómo utilizar las palancas desarrolladas por Agcom. ¿Hay que pagar todo de inmediato o diluir con el tiempo? ¿Otorgar los descuentos, o llegar lo más rápido posible a la cifra esperada cuando esté en pleno funcionamiento, es decir, 55 millones al año? Para las 20 cadenas nacionales más las locales, el juego de los lobbies ya está abierto. Si consiguen un despegue suave o si gana el fisco se verá inmediatamente, porque el nuevo impuesto debe empezar ya, en 2014.

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