Escritor respetado en los Estados Unidos, el American Wright Morris (1910-1998) adoptó un enfoque experimental de la fotografía, buscando desde muy temprano "capturar la esencia de lo visible"..
Wright Morris pasó su infancia entre Nebraska, Chicago, las granjas de sus tíos y acompañó a su padre en largos viajes por América. A los 23 años viajó por Europa ya su regreso decidió dedicarse por completo a la escritura. Inmediatamente comprendió que la fotografía podía capturar lo que hasta entonces había intentado "capturar con palabras". Esta búsqueda formal lo llevó a su primer "fototexto", The Inhabitants (1946), en el que los textos ficticios se combinan con fotografías tomadas principalmente en Nebraska, donde creció.
A diferencia de su ficción, que a menudo se centra en personajes extravagantes, sus fotografías están prácticamente desprovistas de figuras. Sin embargo mucha vida fluye en silencio entre las (ubicuas) sillas, espejos, autos o incluso la arquitectura de madera (fundamental). Es como si sus fotografías estuvieran enraizadas en la tierra, imbuidas de una sencillez que desarma, pero conservando el carácter enigmático de lugares y objetos desnudos, sin presencia humana que les dé vida. El bardo de lo íntimo, Wright Morris hace visible lo invisible y esta paradoja es probablemente la intención más noble de la fotografía.
La exposición se acompaña del catálogo L'essence du visible y la colección de textos Fragments de temps, ambos editados por Éditions Xavier Barral.
WRIGHT MORRIS – L'ESSENCE DU VISIBLE del 18 de junio al 29 de septiembre de 2019