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FONDAZIONE GOLINELLI, Zanotti habla: "Opus 2065 será un proyecto de vanguardia para la educación"

ENTREVISTA A ANDREA ZANOTTI, vicepresidente de la Fundación Golinelli de Bolonia, quien explica el proyecto Opus 2065 – “Hemos previsto una marca Opus para los inventos de los niños del Opificio, un laboratorio permanente de ciencia pero también de ciencia ficción, un amplia consulta con las personalidades de nuestro tiempo para imaginar el futuro”

FONDAZIONE GOLINELLI, Zanotti habla: "Opus 2065 será un proyecto de vanguardia para la educación"

Una marca “Opus” para productos inventados por niños; un laboratorio de investigación permanente que se ocupa de la ciencia, pero también de la ciencia ficción; una consulta ampliada a los artistas y personalidades más importantes de nuestro tiempo para imaginar el futuro: el Opificio Golinelli mira a los próximos 50 años con recursos, ilusión y ambición. Ser joven en los tiempos de la ciudadela del conocimiento y la cultura, creada en Bolonia por el filántropo Marino Golinelli, encierra oportunidades impensables hasta ayer, pero el nuevo proyecto Opus 2065 va más allá de lo imaginable, financiado recientemente por la emprendedora con un fondo de 30 millones euros (que se suman a los 51 millones ya donados) cuyo destino está garantizado por un Fideicomiso.

Así lo explica a FIRSTonline Andrea Zanotti, profesor de derecho canónico y escritor, vicepresidente de la Fundación Golinelli. “Nos dirigimos a una amplia gama de jóvenes -dice-, los más jóvenes pertenecen a la generación post-digital, están más familiarizados con las computadoras que los adultos y tenemos que encontrar un lenguaje para hablarles o corremos el riesgo de usar métodos de transmisión de la conocimiento pasado de moda". Pongamos un ejemplo: “¿Podemos explicar a los niños, durante dos o tres meses, quiénes eran los asirios babilonios? ¿O les hacemos construir un campo arqueológico en tres dimensiones, capaz de escenificar esa historia?”. Opus 2065 realizará una función de vanguardia en el campo de la formación, buscando las herramientas adecuadas. “Estamos pensando en clases experimentales y le hemos sugerido a la ministra de Educación, Stefania Giannini, que nos use como liebres. Somos una estructura ágil, podemos convertirnos en un laboratorio para el sistema de formación de todo el país”.

Arte y la ciencia son los ingredientes de una receta pedagógica que se renovará constantemente. Suena a novela, pero no estamos lejos de vivir una era en la que los ordenadores desarrollan máquinas más inteligentes que el hombre: “Es verdad, la fiesta posthumana ya existe en EE.UU.”. Partiendo de estas premisas, un puñado de audaces del saber y de la docencia se dispusieron a imaginar algo más: "Los próximos seis meses de nuestra actividad -anuncia Zanotti- estarán dedicados a la transposición a la práctica de las ideas que forman la base del Opus 2065 y nos pondremos en contacto con grandes personalidades, incluso en el campo del arte, para pedirles consejo. Nos inspiraremos en los mejores del mundo: deberíamos llegar hasta Nueva York o Calcuta”.

De hecho, el técnico no es el único idioma que hablará Opus 2065. “Mirar hacia el futuro también significa alimentarse del pensamiento puro, científicos y artistas son las caras de una misma moneda y creemos en una civilización humanista, no habitada solo por tecnócratas”. En la ciudadela junto a un centro permanente de investigación científica, nacerá así un centro permanente de pensamiento, que podríamos definir como ciencia ficción. “2001 Odisea del espacio –observa Zanotti– es una película de 1968 y, sin embargo, sigue siendo hermosa, porque es fértil, nos fecunda la mente y nos obliga a pensar”. El científico y el artista son los guías elegidos para guiar a maestros y discípulos en este viaje hacia el futuro. Además, Opus 2065 no solo está dirigida a niños y jóvenes, sino también a universitarios, hasta los 28 años, siempre con el mismo objetivo: transformar la creatividad en negocio.“Nuestra escuela parte de un sistema de formación humboldtiano – afirma el vicepresidente de la Fundación – tenemos la Universidad que concibe un producto, luego viene la patente, luego el prototipo, luego las investigaciones para identificar una empresa que pueda hacerlo suyo. Pero ahora, después de nueve meses, o una idea ya es un producto o sigue siendo un sueño, porque alguien ha inventado lo mismo o lo ha superado.

El desarrollo geométrico que estamos viviendo hace que todo envejezca en un momento”. Quizá el Opificio también tenga una fórmula para solucionar este problema: tener todo en casa.Pronto podremos ver productos de la marca “Opus”, obviamente respetando todos los derechos de propiedad intelectual de la idea. ¿Es este realmente un escenario posible? “Más: una marca Opus sería nuestro orgullo”.

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