I capitales italianas en el extranjero ascienden a un total de aprox. doscientos mil millones de euros. Lo escribe hoy Il Sole 24Ore, que elaboró la estimación a partir de un estudio realizado en 2011 por dos investigadores del Banco de Italia. El dato es fundamental, ya que la Ley de Estabilidad aprobada por el Gobierno y ahora examinada por el Parlamento prevé un mecanismo destinado a incentivar el retorno de capitales al país de origen.
No es precisamente un escudo fiscal, ya que no prevé amnistías: los contribuyentes perderían el anonimato y pagarían lo que hasta ahora se ha robado a las autoridades fiscales.
La disposición se esbozó a partir de algunas recomendaciones llegadas de la OCDE. El sistema prevé la autodeclaración del contribuyente, que deberá tributar por todos los períodos determinables, pero con una multa reducida a la mitad del mínimo vigente y probablemente también con exclusión de los aspectos penales de la infracción.