“Cine en espacios urbanos”, o “Ojos en la ciudad” como reflejo de la condición humana. Estas son dos de las reseñas a destacar en la 43ª edición del Laceno d'oro. El festival de cine de Avellino finaliza el 9 de diciembre y con los cortometrajes presentados eleva su mirada sobre los entornos de la vida real.
Una contribución artística para entender las ciudades, sus habitantes, sus problemas. Una selección de obras de extraordinaria actualidad que atraviesa el debate sobre la calidad de vida y las transformaciones sociales. En definitiva, un experimento a seguir con interés.
El Laceno no acaba con estas dos reseñas, claro. Es una de las manifestaciones más antiguas del cine, nacida de una colaboración entre el escritor James D'Onofrio, el periodista y guionista Marino Camillo, con el apoyo de Pier Paul Pasolini. Para darle continuidad, hoy, está el Círculo de Cultura Cinematográfica de la Imaginación, dirigido por Tonino Spagnuolo. En los seis días de actividades, que comenzaron el 3 de diciembre, también hay tres concursos dedicados a largometrajes de jóvenes talentos y el Laceno d'oro Doc, reservado a documentales de todo tipo. Los espacios artísticos son realmente ilimitados y el escenario de la "irpinia verde", aunque estemos en pleno invierno, es muy sugerente. Dos exposiciones comisariadas por la revista «Cinema Sud» muestran fotos de época, carteles y carteles con la retrospectiva especial «Leone Factory» dedicada al trigésimo aniversario de la muerte de Sergio Leone. El aniversario cae el próximo año, pero los organizadores querían anticipar a todos con más de 30 hermosas fotos del archivo familiar. Sin embargo, el maestro tenía raíces en estos lugares. Su padre Vincenzo Leone nació en Torella dei Lombardi. A pocos kilómetros de Avellino, que así quiso celebrar su fama internacional. Todavía mencionamos la exposición "El largo viaje del cine italiano", la historia de nuestro cine de 1936 a 1956 y "Spazio Campania", con 17 producciones locales.
Volviendo a los espacios urbanos, lo que dicen los organizadores es aleccionador. Vale la pena presentar al público los esfuerzos creativos que describen un mapeo y una redefinición de los perímetros diarios. El cine es una herramienta para repensar la relación entre la construcción y el medio ambiente, el hombre y el paisaje. El relato cinematográfico no puede ignorar el contexto en el que se desarrolla la trama. El escenario es la premisa del guión y las narraciones se vuelven convincentes solo si son reales. Un barrio pobre, una ciudad caótica, un terreno devastado, una plaza embrutecida con actores y una cámara valen mucho más que una consigna o una recogida de firmas. Sobre todo en tiempos de grandes transformaciones.
