comparte

EUROPA – Renzi tiene dos objetivos reales: flexibilidad para el crecimiento y confianza para los bancos

Detrás de la ráfaga de juegos abierta con fuerza por el primer ministro en Europa, empiezan a asomar sus dos verdaderos objetivos prioritarios: la flexibilidad presupuestaria para el crecimiento y sobre todo la confianza a los bancos con la garantía europea sobre los depósitos - Sin embargo, necesitará alianzas y compromisos : El nombramiento de Merkel en febrero es una buena oportunidad.

EUROPA – Renzi tiene dos objetivos reales: flexibilidad para el crecimiento y confianza para los bancos

¿Adónde nos llevará la agresiva estrategia europea de Matteo Renzi y cuáles son sus objetivos reales? Tras el asombro del primer momento suscitado no solo en Italia sino en todas las cancillerías europeas por el aluvión de partidas inauguradas con fuerza por el primer ministro sobre el tablero europeo durante la última cumbre de la UE, todo el mundo se pregunta por los próximos pasos y el desenlace de un encuentro sin precedentes enfrentamiento entre Italia, la Comisión Europea y Alemania que no puede terminar en el espacio de una mañana.

Podemos estar o no de acuerdo con la táctica adoptada por Renzi para hacer valer las razones de Italia en el ámbito europeo, pero debemos estar de acuerdo en que el primer ministro italiano no puede dejar de ser plenamente consciente de tres puntos cruciales: 1) que existe una diferencia sustancial entre las discusiones entre amigos en el bar y discusiones políticas y que, si en la primera gana el que más grita, en política hay una obligación de llevar resultados a casa, que es lo único que importa; 2) que lo que se lanzó en la última cumbre europea fue una extraordinaria operación de imagen que cortó la hierba bajo los pies de toda la oposición italiana y que interpretó un malestar hacia una Europa desalmada que está muy extendido en el país pero no sólo aquí, como visto en las recientes elecciones regionales en Francia; 3) que Italia, con la desconfianza que suscita su elevadísima deuda pública sobre todo en Alemania, no puede liderar la palingenesia de Europa pero puede ganar importantes batallas, siempre que sepa conducirlas con claridad de objetivos, con una sabia política de alianzas y con predisposición a buscar compromisos razonables, que no son un escándalo sino -por el contrario- la sal de la política.

La batalla contra la renovación automática de las sanciones antirrusas, la negativa a apoyar acríticamente la duplicación del gasoducto North Stream querido por Alemania y los Países Bajos, una política de inmigración más solidaria y eficiente, una política bancaria que dé seguridad y confianza a los ahorradores. con la garantía europea sobre depósitos, una política presupuestaria que asegure mayores márgenes de flexibilidad en función de una mayor atención al crecimiento en lugar de una austeridad unidireccional son todos objetivos muy importantes y Renzi hizo muy bien en ponerlos sobre la mesa, pero esos objetivos son demasiados y nadie puede realmente pensar en ganar en todos los ámbitos. He aquí la importancia de establecer prioridades y construir alianzas y compromisos.

Aunque el primer ministro ataca y sacude el árbol jugando a las cartas ocultas, uno no se aleja de la verdad imaginando que en este momento para Renzi las prioridades de las prioridades en la política europea son principalmente dos: flexibilidad y confianza. Se necesita flexibilidad para llevar a cabo una Ley de Estabilidad y una política presupuestaria que acompañe la incipiente recuperación y se necesita confianza en los bancos para borrar el miedo que corre entre los ahorradores, que asusta a los mercados y que puede mermar la recuperación.

Pero si es así, Renzi es el primero en saber que un cambio de rumbo, por parcial que sea, del rigorismo europeo de origen alemán no puede lograrse a machetazos y menos con un choque frontal con Angela Merkel. Es con ella, antes que con Juncker, con quien hay que buscar un compromiso honorable respecto del cual Renzi no sólo tiene que pedir sino también mucho que dar. La oportunidad de oro, como escribió Veronica De Romanis en FIRSTonline el jueves, provino del discurso de la canciller en el congreso de su partido, donde Merkel rechazó la ofensiva de los halcones sobre la inmigración, pero pidió explícitamente a Europa una mano en los controles y los límites máximos de llegada. Renzi puede y debe darle esta mano y, en virtud de ello y con el apoyo principalmente de la Francia de Hollande, puede pedir que Alemania cumpla los acuerdos firmados al firmar la unión bancaria y elimine el veto a la garantía europea sobre los depósitos bancarios, como también solicitado por el presidente del BCE Mario Draghi.

Llevará tiempo llegar a la meta, pero este intercambio virtuoso entre Italia y Alemania es el único que puede volver a encarrilar a Europa antes de que el populismo y el nacionalismo hagan más daño. Merkel ha concertado una cita con Renzi en Berlín para febrero. A estas horas, la paz en medio del cambio parece tan lejana pero, pasada la tempestad, el realismo y el diálogo pueden abrir las puertas a una nueva primavera que Europa necesita como el pan.

Revisión