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Enel persigue a Total y lidera el relevo entre renovables y petróleo

El grupo eléctrico es, con mucho, el valor más capitalizado de Piazza Affari y es un buen ejemplo de la revolución que está teniendo lugar en el mercado donde la presión de los grandes fondos premia la sostenibilidad. El ranking del sector energético se ha invertido: en 10 años el valor de ExxonMobil se ha reducido a la mitad, Eni vale un tercio de Enel. Aquí están las nuevas acciones de crecimiento en Europa y más allá

Enel persigue a Total y lidera el relevo entre renovables y petróleo

Enel no escapó el jueves a la lluvia de rebajas que golpeó las listas europeas sin escatimar en las utilidades. Pero el gigante eléctrico puede consolarse con la excelente acogida que ha dado este miércoles el mercado financiero a la emisión, la tercera de estas características, de un "Bono vinculado sostenible": 500 millones de libras para financiar inversiones en línea con los objetivos verdes de la Unión Europa , recordó a Washington Christine Lagarde quien advirtió que la UE se prepara para favorecer proyectos de inversión vinculados al medio ambiente, abandonando el principio de neutralidad. 

Pero los mercados ya aprecian desde hace tiempo el modelo de la empresa italiana, considerada campeona en el campo de las energías renovables. Un reconocimiento que hace Enel, con diferencia la acción más capitalizada de Piazza Affari con un valor de 76,6 mil millones, el campeón de la economía sostenible, en primer lugar en Europa. Por el contrario, si miramos el desempeño del sector eléctrico y energético en el mediano plazo, debemos reconocer que Enel es un buen ejemplo de la revolución en curso en las evaluaciones de mercado de sostenibilidad, un proceso que depara más de una sorpresa.

En la ultima semana Exxon Mobil, el gigante petrolero que encabeza décadas, ha renunciado a su liderazgo en el sector energético: en 2010 el título valía 330 mil millones de dólares, hoy poco menos de 150. En primer lugar en el sector energético ha subido en USA SiguienteEra, una empresa activa en energía eólica que hace diez años valía una sexta parte de Exxon Mobil que, entre otras cosas, tuvo que sufrir la vergüenza de cerrar el trimestre en números rojos.

Un amargo destino para un coloso que, hace apenas unos años, supo dictar las líneas de la política energética estadounidense, orientando la apertura hacia la explotación del crudo siberiano, elección apoyada por Rex Tillerson, el ex CEO que fue el Secretario de Estado de la era Trump.

La carrera de relevos en el mundo petrolero no es un caso aislado. De lo contrario. No están lejanos los años en que Eni representó la primera filial del Tesoro, a años luz de Enel, también amarrada por deudas en las telecomunicaciones. Hoy el perro de seis patas vale algo menos de 23,5 millones de euros en bolsa, menos de un tercio del grupo eléctrico que entretanto se ha convertido en una feroz multinacional.

Aún más impresionante, Enel ahora se acerca a Total que hoy vale poco más de 90 millones de euros frente a los 125,7 de 2010. Pero fueron todos los grandes nombres del sector petrolero los que quemaron el valor: Chevron, Shell, BP están en mínimos de diez años bajo la presión de los grandes inversores, desde los fondos de pensiones estadounidenses hasta los fondos soberanos noruegos, que imponen una rápida reestructuración. Por el contrario, los grandes nombres del sector de las renovables, no solo Enel, baten nuevos récords: se aplica a Juegos Siemens en cuanto al danés Vestas lo que contribuyó a que la bolsa de valores de Copenhague fuera la más brillante de septiembre. Pero, en la línea de la revolución de Enel, no son pocas las empresas tradicionales que se han centrado en las renovables, desde Iberdrola española a EDPR portuguesa.

Hay quienes ven se avecina un riesgo de burbuja: ¿cómo justificar una relación p/u de 25 veces para el Orsted danés frente a solo 5 para Total? Entran en juego varios factores, entre ellos el efecto rareza y el deseo de las empresas de acelerar la transición con operaciones para líneas externas. Sobre todo, sin embargo, la Bolsa reconoce y amplifica el cambio de paradigma que estamos experimentando.

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