Aún no ha llegado el momento de los eurobonos, palabra de Mario Draghi, entrevistado por el diario Bild, que intenta frenar el impulso hacia la integración europea tras anunciado ayer que lo peor de la crisis ya ha pasado. Al banquero central no le gusta pensar en Europa como un prestamista: la confianza y el rigor presupuestario son ahora preferibles a los eurobonos y la ayuda. Para ello Draghi ha señalado el pacto fiscal como una medida "adecuada".
Draghi también se centró en Grecia. No descartó la posibilidad de que Grecia necesite nuevas ayudas, pero antes "habrá que comprobar si las reformas que se han aprobado se vuelven operativas". En cambio, fue categórico con respecto a la salida de Atenas de la Eurozona. Sería una eventualidad que "daría lugar a fuertes presiones inflacionistas en Grecia y socavaría la confianza de los inversores durante muchos años".