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Después de más de 50 años, Japón quiere volver a exportar armas

El gobierno conservador de Shinzo Abe revisa los principios que limitan la venta de armas a naciones extranjeras, vigentes desde el final de la Segunda Guerra Mundial - Se podrá exportar armas, pero no a países en guerra o que violen resoluciones de la ONU - El acuerdo se refiere principalmente a los gigantes de la industria pesada: Mitsubishi, Kawasaki e IHI.

Después de más de 50 años, Japón quiere volver a exportar armas

Después de más de 50 años de pausa, Tokio quiere volver a vender armas a gobiernos extranjeros. Al menos ese es el objetivo del primer ministro conservador Shinzo Abe, a quien le gustaría volver a exportar algunos tipos de armas. El Ejecutivo - escribe hoy el periódico francés Les Echos – ha revisado de hecho los tres grandes principios que regularon y limitaron considerablemente, después del final de la Segunda Guerra Mundial, este tipo de comercio.

Hasta hoy el archipiélago, que por Constitución renuncia a la guerra, prohibió la exportación de armas a países comunistas, a naciones involucradas en conflictos internacionales y a estados sujetos a sanciones de Naciones Unidas. Durante décadas, estas prohibiciones se han respetado, con raras excepciones impuestas por el Gobierno.

Japón asegura que seguirá prohibiendo las exportaciones a países en guerra ya naciones que violen las resoluciones de la ONU. Pero se permitirá la venta de armas para fortalecer la cooperación internacional o para proteger los intereses de uno.

De esta forma, gigantes como Mitsubishi Heavy Industries, Kawasaki Heavy Industries o IHI podrían vender armamento a gobiernos que luchan contra la piratería marítima oa naciones amigas del sudeste asiático que quieran adquirir conjuntamente instrumentos militares.

Sin embargo, Tokio especifica que no se autorizará la exportación de armas letales, como tanques o cazas.
La administración Abe minimiza posibles cambios en la filosofía pacifista del archipiélago. Pero el riesgo de irritar a Beijing con tal elección es muy alto. Y en China ya se habla de un giro nacionalista del líder japonés. El resentimiento por el militarismo de Japón de las décadas de 30 y 40 tiene raíces profundas en la República Popular y Corea del Sur, y cualquier intento de Tokio de ser más activo en esta área podría aumentar las tensiones en la región.

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