comparte

Dilema del recibo: ¿vale la pena suprimir el recibo?

El objetivo del Gobierno y la Agencia Tributaria es superar las viejas herramientas centrándose en la trazabilidad de los pagos electrónicos, pero no todos están de acuerdo: el relé recibo-POS corre el riesgo de ser menos efectivo de lo esperado.

Dilema del recibo: ¿vale la pena suprimir el recibo?

El camino no está muy claro, pero el destino sí: en un futuro no muy lejano, Italia se quedará sin recibos de impuestos. Lo escribió el Gobierno en la última actualización del Documento de economía y finanzas y el director de la Agencia Tributaria lo reiteró ayer frente a la Cámara, rosella orlandi

“En perspectiva -dijo el número uno de las autoridades fiscales- la implementación de la trazabilidad completa llevará al abandono de algunas herramientas que han resultado ineficaces como los contadores fiscales y los comprobantes fiscales, con menores costos para las empresas y el abandono progresivo de los controles masivos. en el territorio por la administración financiera”.

No solo. Según Orlandi, "es prioritario incentivar el uso de herramientas de trazabilidad en todos los ámbitos, con especial atención precisamente a las actividades que se dirigen al consumidor final", además de fortalecer "las funciones de selección de contribuyentes para ser sometidos a control en la base de índices significativos de mayor riesgo de evasión".

En realidad, una necesidad ya existe: desde el pasado XNUMX de julio todos los comerciantes, profesionales y comercios deben disponer de un terminal Pos para permitir a los clientes pagar cantidades superiores a 30 euros con tarjeta de crédito, tarjeta prepago o tarjeta de débito. El problema es que la gran mayoría de los interesados ​​ignoraron cándidamente la nueva norma, ya que no se prevén multas ni sanciones. Para llenar este vacío, pero también para introducir incentivos, el Tesoro ha establecido una mesa de trabajo con el Banco de Italia, ABI, el Consorcio Bancomat, Aiip (Asociación Italiana de Instituciones de Pago y Dinero Electrónico) y los operadores Visa y Mastercard.

Aún así, no todos están tan entusiasmados con deshacerse de los viejos recibos. Empezando por quienes, a principios de la década de XNUMX, introdujeron el comprobante fiscal en nuestro país: “Después de más de treinta años -dijo el exministro de Hacienda franco reviglio en una entrevista con La Repubblica-, me parece que el recibo fue una herramienta útil. Cabría preguntarse por qué ahora se pretende ir más allá. Sin recibo me parece difícil combatir efectivamente parte de la evasión”.    

Pero también hay quienes creen que el destino del recibo no hace mucha diferencia. El presidente de Censis jose de rita, señala desde las columnas del mismo periódico que “el sector no declarado en rápido crecimiento no está ligado al consumo, sino al trabajo. Es un fenómeno muy diferente al que notábamos hace cuarenta años, cuando las empresas producían ilegalmente, pero tras una primera fase irregular salían a la superficie. Hoy, la crisis y la precariedad han cambiado por completo el contexto: los que trabajan ilegalmente apuntan al trabajo no declarado total, el dinero ni siquiera se deposita en el banco, queda en efectivo”. 

Por no hablar de que, al fin y al cabo, sortear el TPV no será más difícil que evitar teclear un recibo: bastará "con no transcribir la venta en el registrador electrónico -concluye De Rita-, que en todo caso seguirá para controlar un comercio formal o un trabajo formal". La despedida del papel, por tanto, corre el riesgo de no ser la revolución copernicana que todos esperan. 

Revisión