La crisis es un túnel cuyo final aún no se vislumbra, destinado a continuar también en 2013. Son las empresas italianas las que así lo creen, como ha demostrado la investigación de Unioncamere, realizada como parte de la encuesta anual de Eurochambres (Asspcoazopme de las Cámaras de Comercio Europeas), que involucra a 53 mil empresas industriales y de servicios distribuidas en 29 países europeos.
Para el año en curso, de hecho, el indicador relativo a la confianza en las empresas (derivado de la diferencia entre quienes confían en una mejora general y quienes, por el contrario, temen un deterioro) se sitúa en el -28,4%. Una cifra que se basa en la caída del rendimiento de todos los sectores, a excepción de las exportaciones, para las empresas, y que produce un sentimiento negativo generalizado: -33,1 el equilibrio entre las expectativas de crecimiento y disminución de la facturación, -38,9 el relativo a las ventas en el mercado interior, -16,5 el empleo, -10,5 las inversiones.
Situación que va mejorando, aunque sigue siendo negativa, para el 2013, ya se nos viene encima. El 62% de los operadores confía en una situación de gran estabilidad, erosionando el porcentaje de pesimistas, mientras que el 16,3% cree que el negocio mejorará. El indicador de confianza muestra por tanto un -4,7%.