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Costes y beneficios: elementos clave para su evaluación en energías renovables

2011 fue y sigue siendo un período turbulento para el sector de las energías renovables. La primera parte del año se caracterizó por un creciente escepticismo hacia las energías verdes y su sistema de incentivos considerado demasiado elevado y oneroso para el bolsillo de los consumidores.

Costes y beneficios: elementos clave para su evaluación en energías renovables

2011 fue y sigue siendo un período turbulento para el sector de las energías renovables. La primera parte del año se caracterizó por un creciente escepticismo hacia las energías verdes y su sistema de incentivos considerado demasiado elevado y oneroso para el bolsillo de los consumidores. Este escepticismo se ha traducido en numerosos cambios normativos, incluso con efectos retroactivos, y en un cuestionamiento del papel de las energías renovables en el mix energético italiano actual y futuro. Después de eso hubo un repentino cambio de rumbo, esencialmente dictado por dos elementos:

   1) Por un lado, los disturbios en el norte de África han disparado los precios del petróleo y el gas, con problemas muy fuertes para algunas categorías productivas (por ejemplo, los agricultores o los que producen alimentos para animales, etc.).

   2) Por otro lado, el accidente de Fukushima y el posterior referéndum detuvieron definitivamente el desarrollo de la energía nuclear en Italia.

Estos dos dramáticos eventos, como se mencionó, sentaron las bases para un renovado entusiasmo por las energías renovables, pero solo unos meses después, ya se especulaba con un recorte del 30% en el apoyo a las energías renovables.

Es evidente que estos constantes cambios de rumbo han perjudicado al sector energético en general, creando incertidumbre entre los operadores, quienes cada vez están más indecisos sobre en qué fuente y tecnología invertir. Por lo tanto, es necesario fijar algunos "polos", ya que una política energética debe ser necesariamente de largo plazo.

En primer lugar hay que decir que una política energética no puede basarse únicamente en la minimización de costes: igualmente importantes son elementos como la independencia energética, la seguridad de suministro, el desarrollo de la industria y el empleo, así como la minimización de los impactos ambientales. La mera identificación de estos pilares es un paso importante pero no suficiente: necesariamente debe seguir una cuantificación económica de sus efectos para comprender concretamente si la política es conveniente o no. El estudio realizado por el Observatorio Internacional de la Industria y Finanzas de las Renovables (OIR) "Fuentes renovables y energías tradicionales: ¿qué metodologías para una correcta comparación de costes?" tiene como objetivo, de hecho, cuantificar los principales costos y beneficios de las energías renovables para comprender si existe una competitividad de las fuentes renovables en comparación con las fuentes fósiles, considerando también las externalidades positivas y negativas. El estudio muestra cómo el desarrollo de las renovables es capaz de traer beneficios al país de alrededor de 50 millones de euros solo en la década 2011-2020. Los beneficios están fundamentalmente ligados a la minimización de impactos ambientales, a menores emisiones de CO2, SOx y NOx, a la reducción de la importación de combustibles fósiles y al nuevo empleo creado.

La no emisión de sustancias que alteran el clima aporta beneficios globales de 7,5 millones de euros durante la próxima década 2011-2020. Aún más fuerte es el impacto de las renovables en cuanto a la no importación de combustibles fósiles, especialmente gas pero también carbón, cuyo valor alcanza los 36 millones de euros. No menos relevantes son los beneficios laborales: el estudio de la OIR calcula que el desarrollo de las FER es capaz de crear 60.000 nuevos puestos de trabajo directos por un beneficio estimado de 4 millones de euros.

Las energías renovables también presentan problemas críticos, esencialmente atribuibles a su no programabilidad, lo que implica costos adicionales de respaldo e inversiones adicionales en las redes. Estas externalidades se pueden estimar en alrededor de 3 millones de euros. Hay que decir, sin embargo, que en el contexto actual de sobrecapacidad productiva, con un parque eléctrico italiano con una presencia muy fuerte de centrales de ciclo combinado a gas y de bombeos y embalses antiguos, el problema de respaldo en Italia es decididamente menor que en otros países como Alemania.

El estudio destaca cómo al escalar sus beneficios netos al costo de generar energías renovables, muchas tecnologías verdes son competitivas con respecto a las fuentes fósiles: por ejemplo, eólica, biogás, hidroeléctrica y geotérmica. Los costes bajarán aún más en 2020 gracias al proceso de aprendizaje tecnológico que ha reducido y sigue reduciendo los costes de inversión de muchas tecnologías. El estudio estima que en 2020 tecnologías innovadoras como la eólica marina y la termodinámica solar podrán competir en igualdad de condiciones con las principales tecnologías fósiles.

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