comparte

Coronavirus, un Plan Marshall para salir de la crisis

Para reiniciar Italia y Europa, se necesita inmediatamente una nueva política económica siguiendo las consideraciones de Mario Draghi según las cuales "estamos en guerra y si dudamos, los costos serán irreversibles" - Un modelo de desarrollo que debe repensarse invirtiendo fuertemente en sectores estratégicos

Coronavirus, un Plan Marshall para salir de la crisis

“Estamos en guerra, si dudamos los costos serán irreversibles”, tiene razón Mario Draghi, se necesita movilización real. Después de todo, Estados Unidos prometió "cualquier cosa necesaria para garantizar el funcionamiento normal de los mercados" y, tras algunas dudas iniciales, también el Banco Central Europeo parece entender la gravedad de la situación. Las primeras medidas para enfrentar la emergencia fueron esencialmente de política monetaria. Evidentemente, la inyección de liquidez es una necesidad indispensable y, al mismo tiempo, una urgencia. Pero no es suficiente en absoluto.

Según el Fondo Monetario Internacional, la parálisis del sistema económico que ya está en marcha triplicará los niveles de desempleo dentro de un año. El colapso de la economía real desde una primera estimación, relativa sólo al primer mes del bloqueo, se sitúa en un 20%, una cifra y una velocidad nunca antes vistas. El propio Draghi al lanzar su grito de alarma subraya cómo es necesario proteger a la población de la pérdida de puestos de trabajo defendiendo la capacidad productiva. Ahora bien, también a la luz de la experiencia adquirida con la última gran crisis económica y financiera de 2007, todos debemos tener muy clara conciencia de que depender únicamente de la política monetaria para no caer en una depresión económica con implicaciones sociales inimaginables es completamente ilusorio   

En esta situación de emergencia todos están llamados a hacer su parte de inmediato pero es igualmente necesario mantener un alto nivel de lucidez y, de inmediato, justo cuando se están implementando las primeras medidas basadas en la urgencia y para que estas no sean ineficaces, es es necesario entender que, aquí y ahora, tenemos tanto la obligación como la oportunidad de repensar por completo todo el sistema económico e industrial de nuestro país. En Italia, sectores enteros que componen la estructura del sistema productivo –turismo, moda, manufactura, automóviles, siderurgia, sistema bancario, por mencionar algunos– están prácticamente paralizados.

A estos se suman sectores públicos enteros empezando por la sanidad y la escuela que han sido los más expuestos en esta crisis y han mostrado tanto elementos de fortaleza como numerosas limitaciones. Todos estos sectores necesitan que se les den respuestas concretas no solo para enfrentar estos días de emergencia y que les permita poder reabrir y volver a ser productivos, sino también para enfrentar el futuro. No lo suficiente esta vez, pero en realidad no fue suficiente ni siquiera para la crisis de 2007. arreglar algo que no funcionó, es necesario apostar por la transformación de equilibrios y mercados que sean capaces de lograr concretamente un crecimiento sostenible, solidario e incluyente.  

En los últimos años el tema de la sustentabilidad estuvo muy presente en la agenda la política de las grandes organizaciones internacionales y la literatura se está poniendo de moda, pero muy poco en las opciones políticas concretas que a menudo han ido en una dirección completamente diferente, a veces incluso en la opuesta. Hoy durante la emergencia y no mañana, es necesario cambiar de ritmo y perspectiva. Es necesario dar respuestas a medio y largo plazo, concretas y específicas pero que al mismo tiempo encajen en un proyecto global tan ambicioso como necesario.  

Hasta la fecha, Europa se ha mostrado muy incierta a través de las diferentes voces de los estados individuales, sin coordinación en la gestión de emergencias y sin perspectivas de abordar la situación en su conjunto en los próximos meses. La decisión del BCE de hacer disponible la liquidez llegó tarde. Y desde no hay tiempo y no es posible esperar, los estados individuales, empezando por Italia, que hasta ahora parece ser el país más afectado, tendrán que actuar repensando completamente su papel e invirtiendo fuertemente en sectores estratégicos tanto desde un punto de vista cuantitativo como cualitativo. La crisis actual no tiene precedentes, pero la historia aún puede ayudar.  

El New Deal de 1933 y el Plan Marshall de 1947, y por el contrario, cómo se afrontó la última crisis económica y financiera en Europa, pueden ser excelentes ejemplos. Ocurrió en el pasado también, pero nunca como hoy. la economía se enfrenta a una gran tragedia que puede y debe convertirse en una extraordinaria oportunidad de renacimiento. 

°°°° El autor es Secretario General de la Asociación Nacional de Bancos Populares

Revisión