Colas interminables, esperadas hasta 15 horas antes de embarcar, miles de personas que pernoctaron en automóviles: esto sucede en Dover, el principal puerto británico del Canal de la Mancha, donde, debido al aumento de los controles antiterroristas de las autoridades francesas (que llevarlas a cabo en Dover, en territorio británico) sobre quien se embarca en los transbordadores, la situación se ha sumido en el caos. Londres, informa la BBC, ha decidido enviar a su personal para ayudar a la policía fronteriza francesa con los controles después de que los automovilistas hayan tenido que enfrentarse a "dificultades excepcionales".
La policía llevó agua a las personas que hacían cola en helicópteros, mientras que una organización humanitaria distribuyó 6.000 botellas a los automovilistas varados en Kent, donde las autopistas hacia Dover tienen colas continuas. Los retrasos comenzaron el viernes y se espera que duren al menos hasta el lunes. Las autoridades portuarias de Dover ya habían denunciado la insuficiencia de personal francés en los controles de la noche del viernes, ante una gran masa de personas que partían de vacaciones rumbo a Europa continental. Sin embargo, la policía de Kent enfatizó que "la seguridad es lo primero" y reconoció la necesidad de una mayor aplicación.