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Comunidades de energías renovables en cámara lenta. Increíble: aún faltan las reglas

Una encuesta de Ref Ricerche destaca los retrasos regulatorios que corren el riesgo de alejar a los dispuestos que se estaban preparando para agregar ciudadanos, empresas y administraciones.

Comunidades de energías renovables en cámara lenta. Increíble: aún faltan las reglas

¿Comunidades de energía renovable? Excelente idea para atraer a los ciudadanos a invertir en renovables poniendo en común la energía producida y consumida, garantizando (al menos en teoría) un importante ahorro en la factura. Pero he aquí el típico problema italiano: los grandilocuentes anuncios de las instituciones sobre ventajas de esta solución seguir los enredos de la burocracia, la incertidumbre de las reglas, yo retrasos estándar. Y entonces, quienquiera que deba promover y posiblemente hacer negocios con comunidades de energía renovable (CER) sigue estando en juego con cautela. El laboratorio Ref Ricerche nos lo cuenta difundiendo los resultados de una encuesta entre 62 profesionales que trabajan en la generación y comercialización de electricidad pero también en infraestructuras, por ejemplo para la movilidad eléctrica y en el sector adyacente de los servicios de agua.

Bueno, eso es, mal. Demasiados obstáculos, como se desprende de la prueba de la muestra que sigue en pocos meses a la mucho más entusiasta encuesta realizada el pasado mes de enero que había encendido esperanzas concretas de una definición completa de la legislación del sector, que aún hoy falta. Y así, de los 62 operadores consultados, solo 9 dicen haber dedicado algún tiempo a reflexionar sobre los CER, 12 se detuvieron en una evaluación resumida y 11 se rindieron incluso antes de comenzar a pensar realmente en ello. ¿Se redactan los primeros actos operativos? De los 62 consultados solo 10 han comenzado a hacer algo. Demasiadas incertidumbres.

Detener la voluntad

Mientras aún falta un verdadero marco y se espera la conclusión de uno consulta lanzado por Arera (Autoridad de la energía, el agua y el medio ambiente) aquí está el obstáculo más relevante: la dificultad de llevar a diferentes sujetos a un acuerdo siguiendo ese modelo privilegiado que representa la idea fuerte de las comunidades de energía, o más bien una alianza entre administraciones locales, pequeños productores privados de electricidad con plantas renovables y consumidores normales que pueden formar parte de las comunidades energéticas incluso sin tener una planta de energía renovable pero que, también gracias a esta herramienta, pueden animarse a tener una. Una excelente idea para "transformar - comenta Ref investiga - ciudadanos particulares, familias, empresas de simples consumidores a productores activos de energía limpia" favoreciendo tanto declamado transición energética.

Es una pena que la ya difícil relación entre ciudadanos y administraciones locales encuentre en este caso un obstáculo adicional en las fuertes incertidumbres procesales. Piénsese en la dificultad de elaborar los estatutos de las comunidades energéticas sobre la base de un modelo de referencia que aún falta, referencias normativas aún incompletas pero ya complejas, o la transición aún en curso entre un esquema técnico que actualmente prevé la opción de establecer una comunidad energética renovable únicamente entre usuarios conectados a una cabina de distribución eléctrica secundaria pero con la promesa (aún indeterminada en cuanto a tiempos y modalidades) de ampliar la oportunidad también a todos los conectados a una cabina principal.

Se buscan habilidades

El segundo obstáculo señalado por los entrevistados deriva directamente del primero: la falta de competencias técnicas y normativas capaces de encaminar y orientar a los candidatos a comunidades energéticas, aunque en este frente hay que aplaudir al Gse, gestor de servicios energéticos, el organismo público que gestiona todos los flujos económicos relacionados con las renovables y que recientemente ha puesto en marcha un departamento dedicado precisamente a la asesoría y orientación de los candidatos a comunidades energéticas, comenzando por los municipios que pretendan impulsar esta solución. Es urgente darse prisa, también para no desilusionar y por tanto alienar a quienes querían creer en los CER.

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