El Presidente de la República Sergio Mattarella habla en la XIII Conferencia Anual de Ciudades Creativas de la Unesco en marcha en Fabriano: 180 ciudades del mundo, con cerca de 400 delegados, se reúnen en la ciudad de la región Marche (pertenece a la red de "Ciudades Creativas de la Unesco") para la cita anual. Debates y reflexiones sobre arte, culturas, religiones, formas de vivir y producir. Temas que este año han aterrizado en Italia, el país europeo más dividido entre dos concepciones de la hospitalidad y la sostenibilidad civil y humana. Entre las ciudades italianas representativas de la creatividad también se encuentra Biella.
El hilo conductor de esta edición son los grandes desafíos que plantea el desarrollo exponencial de la dimensión urbana, que será cada vez más central en la historia de la humanidad en los próximos años. Es la ONU la que estima que para 2050, el 68% de la población mundial vivirá en ciudades (World Urbanization Prospects 2018). Ciudades que se convertirán en megalópolis y que para bien o para mal tendrán que acoger a 2 millones de personas de diferentes lugares. Necesidades, angustias, aspiraciones a las que las autoridades locales tendrán que dar respuesta. Todo será puesto en tela de juicio en una extraordinaria síntesis entre geografía, economía, arte, política. La antítesis de esa soberanía sustentada en una loca visión del mundo que tanto gusta a una parte de los gobernantes italianos. Pero podemos apostar que incluso en esta ocasión en Fabriano, el presidente Mattarella usará las palabras de la sabiduría.
La migración a las ciudades reescribirá la economía, la sociedad, las formas de convivencia. La cultura en sus diversas expresiones. Las metrópolis expresarán la complejidad de los bienes inmuebles, mientras que las pequeñas ciudades correrán el riesgo de despoblarse. Y Fabriano habla de la necesidad de optimizar las necesidades a través de los servicios esenciales, pero sobre todo de promover el uso sostenible de los recursos. ¿Quién no entiende que lo que está en juego es el delicada relación entre cultura y creatividad, fragilidad y resiliencia, reurbanización y regeneración, innovación y trabajo? ¿Ese sistema del que se inspira todo artista, director, cantante, músico? Los organizadores lo explicaron bien en la víspera del encuentro de Fabriano. Y cuanto más se mezclen los pueblos, más cambiarán las geografías urbanas, las necesidades de la población, las expresiones culturales, la adaptación al cambio climático.
Y llegamos a Biella que es candidata a Ciudad Creativa de la UNESCO. Biella y sus alrededores, capitales de la cultura de la lana en el mundo, están atentos al tema de la relación entre la industria y el medio ambiente – dice Franco Ferraris, presidente de la Fundación Cassa di Risparmio di Biella, uno de los impulsores de la candidatura de la ciudad piamontesa. En un contexto donde juega un papel importante el arte que, a través del símbolo del tercer Paraíso del maestro Michelangelo Pistoletto – embajador de la ciudad en el mundo – propone nuevas formas de equilibrar naturaleza y tecnología. La ciudad, con el apoyo de la Cittadellarte Fondazione Pistoletto y la Fundación Cassa di Risparmio di Biella, busca por lo tanto el codiciado reconocimiento de la Unesco.
La ciudad ya ha recibido más de 120 cartas de apoyo de todo el mundo, entre ellas la de la Universidad de Ciencias Gastronómicas de Pollenzo y la del Grupo LVMH, líder en el mundo de la moda y productos de calidad. Esta industria, entre otras cosas, ha firmado un acuerdo con la UNESCO para la protección de la biodiversidad y está acreditada como un excelente socio. pero en la ciudad también está el ejemplo de Oasi Zegna. El proyecto ecológico que aúna arte, medio ambiente e industria, rememorando el antiguo mecenazgo empresarial ilustrado, prácticamente desaparecido en tierras italianas. Durante años, los tejidos han sido uno de los grandes motores de la zona de Biella y si además del comercio hay arte y cultura, no está nada mal. Tal vez volvimos a caminar por estos caminos, con la ayuda de algún poderoso benefactor. A la espera de que la UNESCO dé su visto bueno, las instituciones locales están dando un buen ejemplo para el desarrollo de una sociedad más equitativa e inclusiva. En Fabriano esperan impresionar y con ellos esa parte de Italia que se siente realmente creativa.
