Juicio del autor: 
El tema de la venganza me ha ofrecido infinidad de temas para películas que están en la historia del cine. De una larga lista recordamos perro de paja, con Dustin Hoffman, la trilogía de Matar Bill de Quentin Tarantino, Mr. Vendetta y las otras dos películas que le siguen del coreano Park Chan-wook, y para Italia un inolvidable Alberto Sordi en Un pequeño burgués pequeño. A menudo, se han incluido en la categoría de thriller y el entorno en el que se sitúan los hechos narrados pertenece a la delincuencia más o menos común.
La pelicula de esta semana Durante la noche del director alemán de origen turco Fatih Akin, en cambio se sitúa en una zona gris del cine contemporáneo. Es el tipo de denuncia política, de alarma respecto a un fenómeno inquietante que se extiende por Europa y más allá: el terrorismo y, en este caso concreto, el de inspiración neonazi. La historia realmente sucedió en Colonia en 2004 (pero la película está ambientada en Hamburgo), cuando se coloca una bomba frente a una tienda regentada por un hombre turco que muere en el atentado junto con su hijo. Su mujer propone a la policía a un grupo de neonazis como perpetradores que pronto serán identificados y detenidos. La protagonista, Diane Kruger en una soberbia actuación premiada en Cannes como mejor actriz, en un principio espera y cree en la justicia pero cuando esta absuelve a los acusados decide vengarse. “In dubio, pro reo” es el principio jurídico fundamental con el cual la defensa del imputado socava las certezas de la acusación. Con este mismo razonamiento, muchas veces es preferible absolver a un probable culpable que condenar a un posible inocente. El verdadero tema de la película podría ser la justicia donde, en cambio, la venganza se convierte en el corolario de problemas mucho más complejos. Revelar el final sería inútil y gratuito. Sin embargo, la solución a la historia deja una sensación de amargura no resuelta, al menos desde un punto de vista estrictamente moral y político.
La venganza se mezcla pues con la justicia y la encrucijada de esta peligrosa mezcla se sitúa en un país, Alemania, donde quizás alguien aún no ha llegado a un acuerdo completo con su pasado. Un país donde incluso las tensiones y problemas con las diferentes nacionalidades que allí trabajan y residen han proporcionado mucho material de trabajo al propio Akin que ya ha demostrado una gran capacidad: merecen mención la novia turca, de 2004, y Cocina de alma de 2009. Además en este caso no se puede negar y están todos los ingredientes para una excelente película. Los tiempos narrativos fluyen a la perfección (de particular importancia son las secuencias en la corte, de la mejor escuela de cine legal), las luces fluyen desde el gris oscuro de la lluvia nórdica cuando se produce el ataque hasta el azul brillante del mar griego cuando el termina la historia.
Última nota sobre la cinematografía alemana: no parece gozar de mucha suerte en nuestro país. Directores monumentales como Fritz Lang, Friedrich Murnau, Werner Herzog, Wim Wenders, Rainer Werner Fassbinder o Marghareta Von Trotta han pasado a la historia, nos proponemos recordar corre lola corre por Tom Tikwer de 1998 y La vida de otros de Florian Henckel von Donnersmarck de 2007 y poco más. Una pena, porque se sabe que por esos lares conocen bien el arte del cine.
