comparte

Cine: Aldo Giovanni y Giacomo y la comedia tranquila

El trío cómico no defrauda y siempre demuestra estar en plena forma, a pesar del paso de los años: guión ligero, pero película amena - TRAILER.

Cine: Aldo Giovanni y Giacomo y la comedia tranquila

Calificación del autor:

Tres familias de vacaciones obligadas a vivir juntas en la misma casa por un error de la agencia de reservas. Este es el resumen de la historia. Odio el verano, dirigida por Massimo Venier y con el trío cómico de Aldo, Giovanni y Giacomo siempre en gran forma. El guión es ligero y quizás desfasado con la estación meteorológica pero, en un momento de calma casi absoluta en la oferta cinematográfica, es capaz de sostener una historia entretenida. La dirección es honesta, no ofrece nada nuevo y no deja lugar a la imaginación sobre todo cuando se trata de estos experimentados personajes.  

La historia tiene lugar en pleno verano cuando el tres familias se preparan para pasar sus vacaciones junto al mar donde reservaron una casa. A su llegada, encuentran la casa ocupada por otros "inquilinos" que también tienen derecho a vivir en la misma casa. Al no tener alternativas, acuerdan compartir el mismo techo y superarlo para salvar las vacaciones. Comienza así una conflictiva experiencia entre personajes, historias y hábitos de vida muy dispares que, sin embargo, al final, gracias a la ayuda de sus hijos adolescentes en pleno amorío, encontrarán el equilibrio necesario y suficiente. Aldo, Giovanni y Giacomo son garantía de una comedia “tranquila”, nunca vulgar o agramatical y siempre dentro de la lectura atenta de los vicios y virtudes nacionales. 

Con esta película parecen haber llegado a un encrucijada de madurez después de un largo descanso de las pantallas de cine. De hecho, en esta obra mantienen la misma figura que el resto de títulos que les dieron fama (recordemos la trilogía también firmada por Massimo Venier: Tres hombres y una pierna, La vida es así y Pregúntame si soy feliz) pero hay un menos sensación de tener que entretener a toda costa y también se trasluce muy claramente una sutil vena melancólica (que se hará plenamente evidente al final de la historia) que estaba casi completamente ausente en las obras anteriores. El país que se pinta bajo la superficie es débil y con algunas crisis siempre al alcance de la mano pero, al final, bueno y tolerante como en cambio, muchas veces y por desgracia, no sucede en la realidad.  

Un límite de Odio el verano aparece de inmediato y, en algunos momentos, es incluso molesto: muchas similitudes con la Ferie d'agosto de Paolo Virzì de 1996 al que asistieron respetables actores y actrices. En ese caso, el fresco social y cultural fue mucho más compuesto y articulado e, incluso en esa historia, hubo momentos de fuertes tensiones individuales y colectivas. La gran diferencia está en el final, en esa pizca de amargura que queda cuando llegas a los créditos finales: mientras en la película de Venier los buenos sentimientos afloran con fuerza, en la de Virzì los opuestos son prepotentes donde casi todos los protagonistas regresan a casa de vacaciones. peor que cuando habían llegado. Entre las dos películas hay 24 años de diferencia y puedes verlas todas.  

Revisión