Un desastre total. Inter y Napoli incumplen su deber ante Psv y Liverpool y saludan así a la Champions League: su futuro europeo, al menos a corto plazo, será solo la Europa League. Gran arrepentimiento para ambos pero con algunas diferencias significativas. Si la salida del Napoli encuentra explicación en la superioridad objetiva del rival, no puede decirse lo mismo de la del Inter, frenado por un PSV ya eliminado y sin ni siquiera la excusa de la 'galleta' entre Barça y Tottenham: en el Camp Nou, de hecho, acabó 1-1, lo que significa que una victoria en San Siro hubiera sido suficiente para pasar.
Bajo acusación, huelga decirlo, Luciano Spalletti y sus elecciones, una vez más muy cuestionables. El Inter mostró pocas ideas y mucho miedo desde el principio pero sobre todo, una vez agarrado el empate (a duras penas), optó por gestionar el 1-1, con la arriesgadísima esperanza de que el Tottenham no pudiera llegar al Barça, ganando momentáneamente 1-0. Una táctica suicida, certificada por la sustitución de Politano (¡como en Turín!) por Vrsaljko, y muy costosa: pocos minutos después de la infractora sustitución, en efecto, llegó la noticia del gol de Lucas desde Barcelona y así el empate, como resultado passepartout para los octavos de final, se convirtió en una sentencia a la Europa League.
Los nerazzurri, que ya habían caído en el minuto 13 con un gol de Lozano (gravísimo error de Asamoah) y se pusieron en marcha con el habitual Icardi en el 73, intentaron luego un confuso forzamiento final pero las esperanzas se apagaron en Cabezazo de Lautaro Martínez, rematado alto pese a la excelente posición. Quizás, tratando de ganar con más convicción, hubiera ido de otra manera, en cambio terminó con un fracaso que a Spalletti le costará digerir.
“Es una amargura enorme, la decepción es tanta – admitió el técnico en rueda de prensa – No fuimos capaces de mantener la tranquilidad adecuada, nos dejamos llevar por las tensiones y los estados de ánimo del público. Nos vamos con los mismos puntos que el Tottenham pero teníamos que hacerlo mejor en este partido".
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También hay muchos lamentos en el Napoli, donde tiene que hacer frente a otra eliminación en la fase de grupos, la segunda consecutiva. Sin embargo, este, en comparación con el año pasado, duele mucho más porque los Azzurri estaban invictos hasta ayer por la tarde, tanto que pudieron presentarse en Anfield con dos resultados de tres. En realidad, incluso una derrota con gol les hubiera permitido pasar de ronda pero el equipo de Ancelotti, esta vez, no lo encontró.
La idea de jugar por el 0-0, si es que lo hubo, se vino abajo en el minuto 34 cuando Salah, en la tarde de gracia, deslizó el balón bajo las piernas de Ospina. A partir de ahí, el Napoli jugó sabiendo que también podía encajar otro gol, siempre que marcara al menos uno: se produjo una segunda parte con muchas ocasiones para los Reds, pero también con dos sensacionales para cambiar la historia. El primero lo falló Callejon mientras que el segundo, gigantesco, cayó a los pies de Milik en el 92' pero lo desbarató un tremendo Alisson, al más puro estilo de la Roma.
“Lo siento mucho pero tenemos que aceptarlo – análisis amargo de Ancelotti – No estuvimos tan lúcidos en la fase ofensiva pero los lamentos ciertamente no preocupan este partido, creo que solo nos faltó una pizca de buena suerte. Ahora llevaremos este amargor a la Europa League, con el convencimiento de que lo podemos hacer bien".
Este será por tanto el destino de Inter y Napoli, que pasaron del gotha europeo al torneo menor en una noche. Un mal golpe, que podría provocar una reacción pero también dejar una huella imborrable para el resto del campeonato.
