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Cavazzuti: apuntando al crecimiento asignando toda la tesorería solo a nuevas empresas de alta tecnología

UNA PROPUESTA DE FILIPPO CAVAZZUTI - Para evitar la dispersión de los recursos públicos, el gobierno de Monti debería destinar todo el tesoro para apoyar solo las inversiones de las empresas emergentes más innovadoras y más intensivas en desarrollo - Sería una forma seria de ayudar a los jóvenes y nuevos emprendedores en un horizonte de crecimiento.

Cavazzuti: apuntando al crecimiento asignando toda la tesorería solo a nuevas empresas de alta tecnología

“Un plan de crecimiento en Europa” es el título, tan sugerente como exigente, de la carta (cuya redacción fue sugerida por el Presidente Monti) que el 20 de febrero, doce primeros ministros europeos enviados a van Rompuy, presidente del Consejo Europeo, y a Manuel Barroso, presidente de la Comisión Europea. Es una carta cuyas indicaciones para el crecimiento económico, incluso en Italia, deberían ser consideradas prioritariamente por el presidente Monti cuando iba a revelar a los interlocutores sociales la existencia (si la hubiere) y la cuantía de tesoro acumulados como resultado de la lucha contra la evasión fiscal.

Para evitar cualquier intento de jadear "reserva", el Presidente Monti ha hecho bien por ahora al no comprometerse a dedicar el erario a reducciones de impuestos o a perseguir otros fines de carácter social o empresarial, que igualmente a las reducciones de impuestos involucrarían a una amplísima multitud de sujetos: quienes en consecuencia se beneficiarían de per cápita necesariamente modesto.

Ciertamente el consenso social sería amplio ya que, en la práctica, sería casi imposible seleccionar a los pocos que se beneficiarían de la nueva providencia; y hasta la singular pugna entre los partidos sociales sería casi segura para que ninguno de sus representantes quedara excluido. Inevitablemente seguiría la dispersión de recursos. No se descartaría una pizca de equidad y algunos efectos positivos sobre la demanda de consumo de los hogares, pero casi nada impulsaría el crecimiento de la economía italiana: hoy el punto más doloroso y más invocado

La citada carta legitima la adopción de lo que los ajedrecistas llaman el "movimiento de caballo", en caso de que quieras usar, si lo habrá, el cofre del tesoro para evitar su dispersión entre muchos objetivos. Por lo tanto, sería mejor que el gobierno de Monti mantuviera firmemente la vieja regla de la política económica y presupuestaria, un solo instrumento para un solo objetivo; nunca una herramienta para múltiples objetivos.

En el punto cuatro de la carta los doce firmantes reafirman su compromiso de actuar con decisión para mejorar las oportunidades de inversión para las nuevas empresas más innovadoras y para las empresas capaces de crecer rápidamente. Se sabe que Italia se encuentra entre los últimos lugares en estos desafíos para el crecimiento y desarrollo de los jóvenes que podrían enfrentarlos. Seguir el compromiso recomendado en la carta reduciría la brecha entre Italia y el resto del mundo.

Qué mejor oportunidad para contrarrestar las expectativas más extendidas y condicionantes, para concentrar (en lugar de dispersar) la potencia de fuego del esperado, pero eventual, pequeño tesoro con el único objetivo de crear nuevos empresarios (posiblemente jóvenes y creativos) y sus nuevos negocios? Una oportunidad también favorecida por el proceso de liberalización que debería dejar espacio para nuevas entradas en los sectores liberalizados.

Esta sería también la mejor manera de dar contenido concreto al esquema de Investigación de Innovación de Pequeñas Empresas, también recomendado en el mismo punto cuatro de la carta de los doce primeros ministros. Para ello, pensemos que desde que la economía italiana se incorporó a la moneda única (hace unos buenos diez años) también se ha producido la tan esperada devaluación de la lira, que permitió a los empresarios suplir las carencias de su falta de innovación interna en la empresa y reestructuraciones. Alguna clase de "huelga de inversión" (sobre todo en las nuevas tecnologías) por el espíritu empresarial italiano, que, demasiado a menudo encerrado y envejecido en los perímetros de familias más o menos extensas, va acompañado de una capitalización demasiado modesta de sus empresas (familias ricas, empresas pobres, se dijo una vez) . Las empresas nacen, crecen, pero mueren si el emprendedor deja de invertir en innovaciones de productos y procesos.

En cambio, el tesoro potencial podría conducir a nacimiento de nuevos emprendedores (posiblemente jóvenes) con clara voluntad de crecer y crear puestos de trabajo. El efecto del "horse move" junto con algo análogo al programa europeo Med "appel aux idées" sería notable sobre todo en las nuevas generaciones por la atención que se les presta esta vez y por los retos que están llamados a afrontar , pero que las generaciones mayores no parecen querer afrontar. Esto contribuiría a rejuvenecer a la clase dominante del país.

En el gobierno de Monti no faltan ciertamente las habilidades técnicas y la imaginación “para apoyar empresas innovadoras y de alta tecnología” (como es el compromiso en la carta de los doce primeros ministros). Entonces, ¿por qué no intentarlo a favor de aquellos que, aun en el caso de utilizar el tesoro potencial, corren el riesgo de no ser representados, dedicándoles exclusivamente ese patrimonio para que se haga fructífero en beneficio de toda la economía? Si los no representados han de soportar parte de la carga de la deuda pública en el futuro, merecen hoy tener las mejores oportunidades para pagar mejor nuestras deudas.

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