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Cataluña, la secesión se aleja y se acercan nuevas elecciones

La escisión a la izquierda imposibilita la formación de un nuevo Gobierno regional en Cataluña que, por tanto, volverá a las urnas en marzo - Así se desvanece el sueño de divorcio de Madrid, que a su vez se ha venido abajo en la búsqueda de un dificilísimo equilibrio de Gobierno tras la fragmentación de las últimas elecciones generales

Cataluña, la secesión se aleja y se acercan nuevas elecciones

2016 para España comienza en caos. Un caos mayor que el que caracterizó los últimos once días de 2015, marcados por el juego de fuerzas entre los distintos partidos nacionales tras el resultado de las elecciones nacionales del 20 de diciembre, en las que el Partido Popular de Mariano Rajoy no consiguió la mayoría absoluta, dejando Moncloa presa de la ingobernabilidad. Pero si el Madrid llora, el Barcelona no ríe.

El sueño independentista de Cataluña cada vez está más lejos. Tras la decisión tomada por la Copa de no apoyar al presidente saliente Artur Mas, impidiéndole formar un gobierno que allanara el camino a la secesión, esta última podría haberse convertido definitivamente en una utopía, mientras que los ciudadanos tendrán que volver a las urnas el próximo próximo Marcha para decidir el nombre de quien será llamado a dirigir la Generalitat.

Así que todo tiene que ser rehecho y esta vez el camino corre el riesgo de convertirse en un callejón sin salida. Reproducir los resultados de las elecciones de septiembre será extremadamente difícil. En la sesión electoral de hace cuatro meses, que se presentó a los catalanes como un auténtico referéndum para expresar su voz sobre la separación de España, Junt pel Sì, la lista encabezada por Mas había obtenido 62 escaños. La mayoría absoluta se habría conseguido si, respetando los acuerdos previamente tomados, la Copa hubiera dado su apoyo al presidente, llevando al frente independentista a ganar 72 escaños de 135. Pero el No de la extrema izquierda decidió durante una cumbre celebrada ayer vuelve a barajar las cartas sobre la mesa. En este punto, el Parlament catalán ya está condenado y el 10 de enero se enfrentará a la disolución.

Aunque la Copa le ha pedido que dé un paso atrás, Mas volverá a intentarlo en las elecciones que se celebrarán el próximo mes de marzo, pero confirmar el éxito de septiembre, cuando los partidos a favor de la independencia de Cataluña (Junt pel Si, Cup y la izquierda republicana) se habían unido para obtener el resultado deseado, parece casi imposible.

Mientras el país sigue preguntándose si España podrá tener gobierno el 13 de enero, Barcelona ya tiene una certeza: la Cataluña independiente tendrá que esperar, al menos hasta 2016. 

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