En la primera mitad de este año, el mercado inmobiliario italiano no confirmó las señales positivas que surgieron en 2010. Así se desprende del informe urbanístico de la federación italiana de agentes inmobiliarios profesionales (Fiaip). El mercado inmobiliario ha retomado la tendencia negativa iniciada en 2006 y que parecía haberse interrumpido el año pasado. La brecha entre oferta y demanda se mantuvo amplia (alrededor del 20%) y repercutió sobre todo en las trece principales zonas urbanas del país, donde se registró una caída de los precios de un punto y medio porcentual (-1,5%). Por otra parte, esta dinámica favoreció aquellas transacciones en las que la distancia entre oferta y demanda fue menor, especialmente en las zonas periféricas.
El análisis de la estructura patrimonial de las familias italianas pone de manifiesto una debilidad creciente de las familias más jóvenes: el 8 % no puede contar con ningún tipo de patrimonio y el 42,6 % no posee activos inmobiliarios (frente al 16,8 % de media). Aproximadamente el 20% de las familias jóvenes (frente a aproximadamente el 40% del total) pueden contar exclusivamente con una primera vivienda (3,7%) o con una primera vivienda y una cuenta bancaria (19,1%). La posesión de otras propiedades o inversiones y rentas vitalicias afecta aproximadamente al 23% de ellas, frente al 36% referente al conjunto de los hogares. De hecho, más del 40% de las familias jóvenes viven en una casa alquilada. Los italianos también luchan enormemente para obtener préstamos hipotecarios. La caída de la demanda, que comenzó el pasado mes de marzo, registró un -14% en julio respecto al mismo mes del año anterior, según destacan los análisis de Crif. Examinando la demanda acumulada de los siete primeros meses de 2011 y comparándola con el mismo periodo de años anteriores, se desprende claramente un panorama negativo: -9% si se compara con 2010, -12% con 2009, -8% con 2008 y -10 % en comparación con 2007.
