Solo contra todo. Abandonado por el club, por los jugadores, incluso por el pueblo rossoneri. Esta tarde Filippo Inzaghi juega sus últimas ocasiones ante el Cagliari, de cara a la jornada 28 (20.45 h). No podrá apelar a la afición como en otras ocasiones porque, esta vez, también ellos han decidido darle la espalda. “Invitamos a TODOS a salir del estadio – escribió la Curva Sud en su sitio web oficial. - Tendrán que estar completamente solos, ya que nos han hecho sentir muchas, demasiadas veces en los últimos años. Invitamos a quienes ya hayan hecho reservas de viaje o comprado boletos a permanecer, si es posible, fuera del estadio y, si esto es imposible, al menos a no exhibir pancartas y banderas, y abstenerse de animar”. Más que enojo indiferencia, el peor sentimiento que un hincha puede expresar hacia su equipo. Seamos claros: la contestación es sobre todo contra Berlusconi y Galliani ("dejen que los defensores de esta situación asuman sus responsabilidades" el empuje de la Curva), no contra Inzaghi. Sin embargo, está claro que quien más pierda será el equipo y por tanto el entrenador, obligado a jugar las últimas ocasiones del Milan ante un estadio vacío y hostil.
“Tenemos que volver a ponerlos de nuestro lado con los resultados”, matizó el técnico, que ahora parecía resignado al devenir de los acontecimientos. Superpippo es muy consciente de que, en la mejor de las hipótesis, solo entrenará a los rossoneri hasta final de temporada y ello al margen de las negativas (además ausentes desde hace tiempo) del club. “Pensamos en terminar bien, luego veremos qué pasa – comentó lacónicamente. – Cuando entrenas al Milan sabes exactamente en lo que te estás metiendo, yo soy el entrenador y por lo tanto el principal responsable. No podía pensar en no sufrir ya que es mi primera experiencia, pero el equipo me da respuestas importantes y tengo confianza". Lo será, pero los resultados se ocultan y el ranking, en consecuencia, llora. Con sólo dos victorias desde enero hasta hoy (¡en 11 partidos!) los rossoneri ven Europa (la Liga claramente) casi como un sueño inalcanzable. Se necesitaría una verdadera hazaña para obtener el quinto lugar, ahora a 10 puntos de distancia. "Hemos sufrido demasiadas remontadas, el hueco pesa", admitió Inzaghi, que ha llegado a otro último recurso de su temporada. Esta vez, sin embargo, las cosas se ponen serias, en el sentido de que, en caso de fracaso, Via Aldo Rossi implementará el plan de emergencia llamado Christian Brocchi. Pippo, para salvar el banquillo, contará con el regreso de De Jong y Poli, ambos ausentes ante la Fiorentina. El 4-3-3 (o 4-3-1-2 si se prefiere) lo verán Diego López en la portería, Abate, Mexes, Paletta y Antonelli en defensa, Poli, De Jong y Bonaventura en el centro del campo, Honda, Destro y Menez en ataque Enfrente habrá un Cagliari buscando desesperadamente puntos de salvación, dispuesto a jugársela abiertamente como dicta la filosofía de Zeman. El bohemio se centrará en el tridente Farias-Sau-M'poku, una mezcla de técnica y velocidad que puede hacer daño al Milan. Y a Filippo Inzaghi, nunca tan cerca del final.
