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Brexit eliminado de la noche a la mañana: la señal de Stoke-on-Trent

Giro en la localidad inglesa de Stoke-on-Trent, donde el sí al Brexit había llegado al 70%: los laboristas lograron mantener la banca parlamentaria que quedó vacante por la renuncia de uno de sus diputados con mayoría de votos.

Brexit eliminado de la noche a la mañana: la señal de Stoke-on-Trent

En política, como suele pasar en la vida, hay señales que, aunque sean muy pequeñas, nos dicen si podemos o no seguir esperando. Es el caso del dramático enfrentamiento electoral que tuvo lugar anoche en la localidad inglesa de Stoke-on-Trent. Donde, contra todo pronóstico, los laboristas no sólo lograron mantener el escaño parlamentario que quedó vacante por la dimisión de uno de sus diputados con mayoría de votos. Pero, aquí la verdadera trascendencia del evento hizo añicos los sueños de Paul Nuttel -el exuberante sucesor de Neil Farage al frente de los ultranacionalistas del UKIP- de poder obtener de las urnas, algo nunca ocurrido en el pasado, la primera legislatura parlamentaria. asiento para su partido. Hipótesis a primera vista nada extraña, si tenemos en cuenta que el pasado mes de junio, dando la espalda a las indicaciones de voto de los laboristas, en Stoke-on-Trent los síes al Brexit habían sido un récord absoluto: 70%.

Una avalancha que la derecha pretendía replicar también para confirmar el irresistible e irreversible ascenso del neopopulismo conservador puesto en marcha, a escala mundial, precisamente por el voto separatista y antieuropeo de los británicos. Y prueba de la gravedad de la inesperada derrota sufrida fue cuando el nuevo jefe del UKIP, sabiendo que había obtenido 5.233 votos contra 7.853 del laborismo, rompió una regla no escrita pero siempre respetada en la etiqueta política anglosajona, para evitar preguntas embarazosas de los prensa, literalmente huyó por una puerta secundaria de su cuartel general, pero en la dirección equivocada. Hasta el punto de obligar a la policía local a ir a buscarlo para escoltarlo hasta el coche de servicio. Un toque de comedia que hace que el suspiro de alivio sea aún más profundo y placentero. Y eso puede ser un buen augurio para las próximas dos citas electorales primaverales muy delicadas en Francia y Holanda.

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