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Facturas, luz cada vez más cara para familias y pequeños comercios: del mayorista a los hogares +400%

El desplome de los precios en la primera mitad del año no puede trasladarse al consumo. Demasiados rumores inflan las tarifas. Y la Autoridad podría registrar nuevos incrementos en el corto plazo. Los decretos de aplicación de la ley de recortes de ley están retrasados ​​y Assorinnovabili está lista, con Confagricoltura, para iniciar los recursos de inconstitucionalidad sobre el incentivo general

Facturas, luz cada vez más cara para familias y pequeños comercios: del mayorista a los hogares +400%

Electricidad cada vez más cara para familias y pequeñas y medianas empresas. En unos días, la Autoridad de Energía comunicará las tarifas que entrarán en vigor a partir del 2007 de octubre para todos los clientes del régimen de "protección reforzada", que son la gran mayoría a pesar de que el mercado está liberalizado desde XNUMX. Y si en Julio La Autoridad ha logrado mantener estable el costo de la factura de la luz, no es seguro que lo consiga esta vez también. Se observa una ligera recuperación cíclica de los precios mayoristas y de los seguros pagados por el Comprador Único. En otras palabras, es probable que se produzcan subidas de precios. Por cuánto, lo sabremos a principios de la próxima semana.

Sin embargo, en la primera parte del año los precios mayoristas se desplomaron, el consumo cayó con fuerza por la crisis y todo el sistema eléctrico, con el sobresalto de las renovables que ha puesto en jaque a las plantas de producción tradicionales, está bajo tensión. Las cifras impresionan: antes del verano, el precio del megavatio hora en la bolsa eléctrica se desplomó hasta los 42 euros y en julio bajó tímidamente hasta los 46,42 euros. Nada que ver con los 75 euros de 2012 o los 63 de media de 2013.

Tras el parón estival, los precios han subido ligeramente también por la crisis Ucrania-Rusia, a 55 euros en septiembre mientras que para octubre los contratos a plazo cotizan a 55,45 euros y para 2015 a 54 euros. Precios que serían más bajos si no existieran las plantas sicilianas que alcanzan picos inigualables en otros lugares. Pues de camino a la factura, el precio sube casi un 400%: familias y pequeños y medianos comercios, comercios y artesanos pagan casi 190 euros el megavatio hora de luz. 189,75 euros en concreto, valor medio decidido por la Autoridad para el tercer trimestre de 2014.

¿Cómo es posible tal levadura? Los impuestos quitan el 13,34% del precio que paga un consumidor típico (2700 kilovatios hora consumidos al año y un contador de 3 kilovatios). Luego están los costes generales del sistema que absorben el 21,43%: aquí, junto a los incentivos a las renovables que cuestan 13 millones al año, están también los costes de hacer la energía nuclear prohibida desde 1987, la Ferrovie dello Stato, Cip6 y las concesiones de grandes industrias intensivas en energía. Ya son cosas conocidas. Menos conocido es que el 50% de la factura se destina a pagar la venta de energía.

Porque en esta misma partida también se incluyen los costes en los que incurrió Terna para equilibrar la red, la retribución de los clientes interrumpibles (469 millones de euros al año) y clientes superinterrumpibles (otros 136 millones), la interconexión o importación virtual (495 millones), la pago por capacidad (125 millones). En definitiva, incluso en el precio de venta hay un mix de artículos que nada tienen que ver con la energía.

Aun así, es difícil explicar la enorme brecha entre mayoristas y minoristas. El modesto aumento cíclico del 7% registrado en origen en los últimos meses no justifica una brecha tan grande. Porque el precio del megavatio hora (45-50 euros) es en cualquier caso aproximadamente la mitad del coste de venta (95 euros). Según los especialistas, los contratos de seguro estipulados por el Comprador Único pesan mucho para cubrirse contra el riesgo de incrementos repentinos en origen. La combinación de todos estos elementos hará que, salvo cambios inesperados de tendencia, ni siquiera las próximas tarifas del cuarto trimestre registren para el consumo la caída que se ha producido en los últimos meses para la producción.

La Ley de Competitividad tenía que salir al rescate de las familias y las pequeñas empresas. Pero la prometida bajada del 10% en las facturas aún no está al alcance porque los decretos de aplicación de los polémicos "incentivos a repartir" aún no han sido firmados por el Ministerio de Fomento. Y el Gse sigue pagando los incentivos en base a la antigua normativa. Mientras tanto, Assorinnovabili está a punto de lanzar la ofensiva de recursos de inconstitucionalidad que también involucran a Confagricoltura. Ayer mismo una reunión con un centenar de empresas, en presencia del letrado constitucionalista Valerio Onida, sirvió para hacer balance de la situación.

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