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Berlusconi en la prueba del referéndum

El primer ministro reconoce la derrota, pero está decidido a seguir adelante con la acción del Gobierno para hacer reformas en la fiscalidad, la justicia y el Sur.Tres condiciones para no rendirse: alianza con la Liga, retener a los líderes y a la mayoría, salir ileso de la cuestión quien quiere abolir el impedimento legítimo.

Berlusconi en la prueba del referéndum

“Perdimos, pero el gobierno sigue adelante de todos modos, Bossi está conmigo, la mayoría está cohesionada y decidida. Tenemos que hacer la reforma fiscal, la reforma de la justicia y el plan del sur. Triplico mi fuerza cada vez que soy derrotado". Estas son, en síntesis, las intenciones expresadas por Silvio Berlusconi a raíz de lo que el simpatizante de la Liga Norte, Roberto Maroni, ha definido como la "bofetada" que sufrió en el sexenio. En definitiva, el primer ministro está decidido a no pasar la mano y resistir. Lo que sea necesario.

Para ello tiene por delante un verdadero camino de guerra, que culminará el domingo 12 en el referéndum, en particular el del impedimento legítimo. En efecto, para avanzar, en realidad sólo para poder seguir sobreviviendo (lejos de las reformas de época), el gobierno necesita que se cumplan tres condiciones: 1) la estabilidad de la alianza con la Liga, 2) la cohesión de la mayoría, 3) el pasar ileso la prueba del referéndum. Primera condición: la alianza con la Liga se mantiene por ahora. No sólo el PDL, sino también la retirada (y cómo) partidaria de Bossi, en opinión de los votantes.

La base de la Liga Norte está alborotada en Radio Padania, pero Maroni, reconocido como "el cachete", añade además que el Gobierno ahora debe darse "un latigazo" para seguir adelante. Segunda condición: para mantener la mayoría necesita que el grupo de "Responsables" no se desmorone, en fin, que la línea Scilipoti aguante, aún después de los dolores de estómago de los subsecretarios desaparecidos. Y sobre todo que el debate interno del PDL sea lo más contenido posible y se conforme con un nombramiento de Alfano como coordinador único y con una convocatoria de estados generales indefinidos.

Aquí cabe señalar que Giluliano Ferrara ya presentó una propuesta mucho más exigente para el partido y el primer ministro: Berlusconi debe relegitimarse al frente del PDL, a través de elecciones primarias que se realizarán en octubre. Un trago amargo para los que siempre se han definido como los únicos con derecho a gobernar, porque fueron elegidos con el voto de los italianos. Pero es la tercera condición la que podría resultar la más difícil de superar para el presidente del Gobierno: en doce días habrá vuelta a las urnas para los referéndums: el de la energía nuclear (todavía sub judice por la Casación), las del agua, y sobre todo la que exige la derogación del laudo Alfano y devolvería a Berlusconi a sus juicios, sin el escudo del legítimo impedimento.

No cabe duda de que, precisamente sobre esto último, la oposición subirá el listón y su voz para intentar vencer la resistencia de Berlusconi para pasarle la mano a un gobierno de transición que pueda poner en marcha la maniobra económica de los 40 millones y permitir la reforma de la ley electoral. , en el que la Liga también parece estar interesada. Lo que también podría dar luz verde a sus partidarios para que acudan a las urnas los días 12 y 13. Y cuando las cosas se ponen difíciles, incluso el quórum del 50% puede ser alcanzable.

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