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Baloncesto, finales: Siena vence a Roma, va 3-1 en la serie y ve la bandera italiana

Virtus Roma vuelve a intentarlo todo esta vez, pero en PalaEstra termina como en el juego 3: ganan los anfitriones, que ahora vuelan hasta 3-1 y también tienen la ventaja del campo - Mañana por la noche juego 5 en Roma: Siena puede cerrar de inmediato las cuentas y llevarse a casa el séptimo título consecutivo, en el año más complicado.

Baloncesto, finales: Siena vence a Roma, va 3-1 en la serie y ve la bandera italiana

El Siena, tras ganar también el cuarto partido y tomar una ventaja de 4-3 en la serie, está ahora a un paso de su séptimo Scudetto consecutivo y ya podría celebrarlo mañana por la noche, cuando los equipos volverán a salir al campo para el quinto partido, pero Roma difícilmente querrá rendirse justo en frente de su audiencia. El resultado final de ayer fue de 1-81 para los locales, un marcador demasiado pesado para los giallorossi, que una vez más demostraron que están luchando en igualdad de condiciones incluso fuera de casa, sin rendirse nunca, como lo han hecho desde el comienzo de la la serie El cansancio y el calor han empezado a pesar sobre las dos formaciones, gracias a la gran cantidad de partidos seguidos en estos playoffs, un ritmo quizás excesivo, y al final va ganando el equipo que tiene algo más, el más cínico y incisivo, eso es Siena. Ayer por la noche también hubo un gran equilibrio, sobre todo en los 71 primeros cuartos, con los toscanos que se adelantaron por sólo dos puntos al descanso (3-39), al final de una primera parte caracterizada por el habitual marrón de los locales. y algunas obras de teatro con clase de Datome y Taylor en el otro lado.

En el tercer set, la Roma se adelantó a los pocos minutos (44-45) gracias a Lawal y al habitual Datome (al final 16 y 17 puntos respectivamente), mientras que en Mens Sana Hackett tomó la silla, simplemente imparable cuando entra en penetración o contraataque y que permitió a su equipo estar todavía arriba (60-59) a la penúltima sirena. Tras 30 minutos de gran baloncesto, el último cuarto fue más confuso, con pérdidas de balón y errores triviales por ambos lados, la pelea se convirtió en reyerta en algunas situaciones, con numerosos contactos cada vez más duros y desagradables, y ciertas situaciones se manejaron en el de la mejor manera posible por parte de los árbitros, que restaron importancia a algunas faltas, que a muchos les parecieron obvias. Al final, el Siena todavía se impuso (el parcial de 8-1 final fue decisivo), impulsado por un Super Brown y por las jugadas decisivas de Hackett, 13 puntos en la segunda mitad, mientras que los últimos intentos no fueron suficientes para el invitados por Taylor y Datome. Al final del encuentro, cabe señalar las duras protestas contra los árbitros por parte de la Roma, por boca del entrenador Marco Calvani pero sobre todo del presidente Claudio Toti, quien furioso declaró que quería poner en juego a la Federación y que ya había llamado a Petrucci. El descontento de Toti y la plaza romana viene de lejos, con la sensación de no ser respetados y de estar sometidos a los favores que, según ellos, disfrutaría Siena. La gota que colmó el vaso fueron sin duda los episodios comentados en el último cuarto (donde, sin embargo, los árbitros dejaron algo que desear en general), mientras que donde penalizó a la Roma fue en los últimos segundos de la primera parte cuando pitaron una falta antideportiva a Lorant por un episodio que probablemente ni siquiera fue una falta normal, decisión que permitió a Siena tomar la delantera. El entorno romano se había quejado con anterioridad, siempre del diferente reparto de faltas (y faltas técnicas), incluso en la anterior carrera 3 y en el primer desafío de la serie. Con respecto al partido 1 en Roma, sin embargo, hay que decir que si hubiera habido un equipo que pudiera haberse quejado hubiera sido el Siena, pero no por las decisiones de los árbitros, sino porque toda la segunda mitad de ese partido se jugó sin los relojes de tiro, rotos, con indicadores manuales (estilo Sixties), con la parte del campo donde atacaban los invitados en la que los jugadores ni siquiera podían ver el marcador, tapada por el público.

Todo ello en el calor tropical de un edificio no apto para una final de campeonato, pero que lamentablemente volvió a dar la imagen, lejos de halagar, de la situación de nuestro movimiento y de la Liga, incapaz de crear y potenciar un evento así. Por lo tanto, por estos hechos, y reiterando que los errores de los árbitros, si los hubiere, fueron en contra de ambos bandos, las protestas del presidente Toti parecieron excesivas y en parte injustificadas. Volviendo al baloncesto jugado, el Siena partía como favorito y de hecho ahora se prepara para este partido 5 con tres balones de partido disponibles para conquistar su enésimo título, pero la Roma, como decíamos, demostró ser un digno rival, un gran equipo formado casi desde nada, que aguantó la cancha en cada enfrentamiento y que merece llevar la serie al menos al sexto desafío. Regresar a Siena ya significaría media hazaña para los capitolini, pero en ese punto para volcar increíblemente todo lo que tendrían que ganar también en PalaEstra, algo que ningún equipo ha logrado en la historia de las siete series finales anteriores de Mens Sana.    

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