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Banco de Italia: el Fondo de recuperación ayuda al crecimiento solo si se usa bien

La disponibilidad de mayores recursos económicos no conduce automáticamente a un mayor crecimiento: solo utilizándolos bien se pueden obtener los resultados deseados

Banco de Italia: el Fondo de recuperación ayuda al crecimiento solo si se usa bien

El Gobierno prepara el plan que se enviará a Bruselas para obtener la fondos del Fondo de Recuperación. Italia debería acudir a 87 millones en subvenciones y 120 millones en préstamos, recursos vitales para reiniciar el país y poner en marcha esas reformas que llevan años en el cajón. Por eso es muy importante no malgastar el dinero que va a llegar, sino utilizarlo para cambiar la marcha del país. "Los beneficios efectivos que Italia podrá obtener del uso de los fondos del nuevo instrumento dependerán de la capacidad del país para proponer intervenciones capaces de ayudar a impulsar el potencial de crecimiento rentables, consistentes con los objetivos y requerimientos del programa, e implementarlos de manera rápida y sin desperdicio”, dijo Fabricio Balassone, Jefe del Servicio de Estructura Económica del Banco de Italia, en una audiencia ante la Comisión de Presupuesto de la Cámara.

“Los recursos del nuevo instrumento europeo pueden ayudar a iniciar la recuperación de los retrasos acumulados por la economía italiana en los últimos treinta años; el principal problema de nuestra economía es, desde hace más de 20 años, el bajo crecimiento, reflejo a su vez de la débil dinámica de la productividad", agregó Balassone indicando las prioridades que debe seguir el Gobierno para alcanzar la meta deseada: “Es posible identificar al menos tres macroáreas en las que las intervenciones parecen igualmente urgentes: administración Pública; innovación; salvaguardar y valorizar nuestro patrimonio natural e histórico-artístico”.

De este modo, subraya el economista, "los efectos de una acción renovadora de la administración pública, de las infraestructuras tradicionales e innovadoras, de la escuela pueden ser particularmente relevante para el Sur. En las regiones del sur, ante todo debe mejorarse el entorno en el que operan las empresas, principalmente en lo que respecta a la protección de la legalidad. La brecha tecnológica a cubrir es mayor, la efectividad de las políticas públicas es menor y la realización de las inversiones es más difícil”. 

Según Balassone, "el plan nacional de recuperación y resiliencia debe basarse también en el objetivo esencial de lograr una mejora sustancial, progresiva y continua reequilibrio de las finanzas públicas. A ello puede contribuir, sobre todo, la reactivación del crecimiento, que sólo será posible si los recursos se emplean productivamente; de lo contrario, los problemas del país se verían aumentados, no aliviados, por el aumento de la deuda”. 

Para Bankitalia, “el impacto en la economía también dependerá de la mejora del contexto en el que se desarrolla la actividad empresarial. Sería arriesgado suponer que la disponibilidad de mayores recursos puede traducirse automáticamente en un crecimiento económico sostenido y duradero sin un compromiso continuo para mejorar la calidad de la acción pública”.

Finalmente, Balassone explicó dos escenarios desarrollados por el Banco de Italia. “Ambos escenarios -explicó- presuponen que los fondos disponibles para Italia, que se suponen iguales a 120 mil millones para préstamos y 87 para transferencias, se utilizan íntegramente y sin ineficiencias, con una distribución uniforme del gasto en el quinquenio. 2021 -2025”. 

El mayor gasto de inversión derivado del Fondo de Recuperación, estimado en más de 41 millones al año, "podría resultar en una aumento acumulado en el nivel del PIB de alrededor de 3 puntos porcentajes para 2025, con un aumento del empleo en torno a las 600.000 unidades”. 

En el segundo escenario, “se supone que una parte importante de los recursos, equivalente al 30 por ciento, se utiliza para medidas ya planificadas y que solo alrededor de dos tercios de la parte restante se destinan a financiar directamente nuevos proyectos de inversión. Bajo estos supuestos, las intervenciones adicionales ascenderían a alrededor de 29 mil millones al año, de los cuales solo 19 para inversiones. El impacto acumulado sobre el nivel del PIB llegaría a casi 2 puntos porcentajes en 2025”.

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