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Bancos, qué estrés tienen estas pruebas de estrés: esto es lo que son, por qué y cómo se hacen

La EBA y el BCE publicarán este domingo los resultados de las pruebas de estrés y el Asset Quality Review realizados a 130 bancos europeos - En la práctica, se trata de evaluar si los bancos son capaces de resistir choques externos incluso particularmente desfavorables - La espera es febril pero así es como funcionan las evaluaciones de los dos supervisores europeos.

Bancos, qué estrés tienen estas pruebas de estrés: esto es lo que son, por qué y cómo se hacen

El domingo 26 de octubre los dos principales supervisores europeos, la EBA de Londres y el BCE de Frankfurt, publicarán los resultados de las pruebas de estrés y del AQR (Asset Quality Review, evaluación de la calidad de los activos) realizadas a casi 130 bancos europeos. Hay gran expectativa, si no fibrilación por parte de banqueros, mercados e inversores. Pero, ¿qué se esconde, en palabras simples, detrás de este término "prueba de estrés", otro anglicismo con sabor a ingeniería?

Las pruebas de estrés se denominan así porque provienen del Reino Unido y Estados Unidos, donde se introdujeron entre 2008 y 2009. La idea básica es evaluar la capacidad de un banco para resistir choques externos adversos, contenidos en escenarios más o menos negativos. Por ejemplo, la prueba de estrés de 2012 de la Reserva Federal de los bancos estadounidenses cuantificó los efectos de tres posibles shocks negativos: una tasa de desempleo del 13%; una caída del 50% en los índices bursátiles; una caída de los precios inmobiliarios del 21%.

Cada uno de estos tres shocks habría tenido importantes consecuencias sobre el banco analizado: el drástico aumento de la tasa de desempleo y la caída del precio de la vivienda habrían aumentado la tasa de morosidad de las hipotecas concedidas, lo que habría provocado mayores pérdidas crediticias; el colapso de los precios de las acciones habría reducido la solvencia de las empresas y los activos de los inversores privados, con posibles pérdidas adicionales para el banco.

La cuantificación de las pérdidas estimadas permite a la autoridad supervisora ​​evaluar en qué medida se dañaría el capital propio del banco que, de acuerdo con los requisitos exigidos actualmente en Europa, debería ser, en el sentido más restrictivo de Common Equity Tier 1, permanecer en menos el 5,5% de los activos bancarios ponderados incluso en el escenario más adverso.

El escenario adverso que esta vez consideró la EBA para el sistema bancario europeo se basa en cuatro hipótesis: 1) un aumento en los rendimientos de los bonos globales amplificado por un colapso en el apetito por el riesgo, especialmente hacia los países emergentes; 2) el mayor deterioro de la calidad crediticia en países con demanda agregada débil; 3) el estancamiento de las reformas que socava la confianza en la sostenibilidad de la deuda pública; 4) la falta de acciones para cubrir los activos bancarios, como mantener el acceso de los bancos a la financiación del mercado a tasas aceptables. En las estimaciones de la EBA, la ocurrencia de las cuatro hipótesis negativas llevaría a una desviación acumulada del PIB de la UE respecto del nivel base de -2,2% en 2014, -5,6% en 2015 y -7,0% en 2016, mientras que la tasa de desempleo de la UE aumentaría desde la línea de base en 0,6 puntos porcentuales en 2014, en 1,9 puntos en 2015 y en 2,9 puntos en 2016.

Por ello, el domingo 26 la EBA nos dirá qué bancos serían capaces de resistir la materialización de este escenario negativo. Dado que se espera que casi todos los bancos analizados pasen la prueba de estrés, la verdadera pregunta es sobre los pocos que no lo hacen.

Es en este punto que interviene el AQR, dirigido por el BCE. Sobre la base de una encuesta precisa que evaluó en detalle la calidad de los activos de los bancos individuales en diciembre de 2013, en conexión con la prueba de resistencia de la EBA, el BCE agregará factores de corrección. Si bien, en teoría, los factores de corrección también podrían tener un signo positivo, a menudo se espera que tengan un valor negativo, lo que reduciría el Common Equity Tier 1, y queda por ver si algún banco de la UE pasa la prueba de resistencia de la EBA pero está preocupado por la corrección del BCE. No hace falta decir que estos bancos deberían encontrar rápidamente formas de recapitalización que podrían resultar penalizadoras en un contexto desfavorable.

En definitiva, ¡qué estrés estas pruebas de estrés!

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