Choque candente entre el futuro presidente estadounidense, Donald Trump, y el fabricante de automóviles General Motors. El presidente acusó a GM de fabricar sus Chevrolet Cruze en México y enviarlos a concesionarios estadounidenses "sin pagar impuestos fronterizos". De ahí su seca advertencia: "O se produce en EE. UU. o se paga un gran impuesto transfronterizo".
Sin embargo, la alta dirección de GM no se dejó intimidar y explicó que todos los sedanes Chevrolet Cruze que se venden en Estados Unidos se producen en la planta de Lordstown, en Ohio. Por el contrario, los sedanes de cinco puertas fabricados en México tienen como destino el mercado mundial y solo una pequeña cantidad se vende en EE.UU.
Trump está dispuesto a revisar el TLCAN, un acuerdo comercial de 1994 que regula las relaciones de libre comercio entre Estados Unidos, Canadá y México.
Es ante el nuevo escenario que el otro gigante automovilístico estadounidense, Ford, ha anunciado que ha cancelado un plan de inversión de 1,6 millones de dólares en México y que ha destinado en parte a Michigan por un total de 700 millones.
