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Auditel y Censis, Informe sobre la "Transición digital de los italianos": la pandemia ha acelerado la sociedad conectada

La era digital ahora está cruzando todos los sectores de la vida social y está empujando a Italia hacia la modernización, incluso si quedan desigualdades por llenar y queda por entender si la televisión es la fuerza motriz del cambio o no.

Auditel y Censis, Informe sobre la "Transición digital de los italianos": la pandemia ha acelerado la sociedad conectada

Es una Italia de geometría variable y velocidad que la fotografía tomada por Auditel y Censis en el Quinto Informe sobre el tema “La transición digital de los italianos – Del boom de las pantallas conectadas a la banda ancha, el país, gracias a la televisión, corre hacia la modernidad”. 

De hecho, se pueden vislumbrar en el Informe diferentes planes de lectura de una Italia en rápida y profunda transformación que va de la tecnología a la demografía, de la economía a la cultura y todo esto sucede cuando, esperamos, estemos a la salida del túnel de la crisis de la pandemia. El documento, entre otras cosas, se presenta precisamente en vísperas de un problema. transición digital terrestre prevista a partir del 20 de diciembre.

La era digital: solo crece el gasto en alta tecnología

El eje central del Informe se centra en los denominados "era digital" que atraviesa todos los sectores de la vida social. Todo está atravesado por una intensa fibrilación que ve cómo las nuevas tecnologías se propagan como la pólvora a nuestro alrededor, pero no siempre con resultados reconfortantes. 

El supuesto del documento es que "La vida digital es la vida real” donde todo, aparentemente ya veces sustancialmente, se mezcla y se funde. Parafraseando al filósofo alemán Ludwig Feuerbach, se podría decir que “Somos la tecnología que consumimos” porque parece que la mutación del consumo es la medida de los cambios donde las costumbres, los hábitos, las costumbres y las orientaciones están siempre en rápida transformación.

El informe Auditel-Censis nos dice, en efecto, que desde 2008 las únicas partidas de gasto que han crecido en los presupuestos de los hogares italianos son las destinadas a consumo de tecnologías de la información y audiovisuales. 

En la sociedad conectada 5 dispositivos en cada familia

Se gasta menos en ropa y calzado, transporte y hoteles/restaurantes pero no se escatiman gastos en comunicaciones, equipos audiovisuales e informáticos. Tres años encerrados en casa han producido e inducido una importante aceleración de la transición aempresa conectada”: solo reflexione sobre lo que sucedió con el "trabajo inteligente". 

Muchos medios de comunicación, en consecuencia, muchas pantallas de varios tipos, más o menos conectados a la red. En 2017, se estimaba que había alrededor de 117 millones en los hogares de familias italianas y ahora se han convertido en alrededor de 120 millones, con un promedio de 5 dispositivos en cada hogar entre Smart TV, PC, tabletas y smartphones. 

En comparación con 2017, el número de familias que han entrado en la "modernidad" con la posesión de un dispositivo, generalmente TV digital terrestre, y sin conexión a Internet se reduce a la mitad con respecto a XNUMX.

2,3 millones de hogares sin internet

La "modernización" digital del país parece, por tanto, avanzar lenta e inexorablemente pero no de manera uniforme. La banda ancha se ha extendido, no de forma homogénea, en unas 14,7 millones de familias (61,7% del total) cuando en 2017 eran poco más de 13 millones. Muchos quedan aislados, en pequeños pueblos y en las zonas más desfavorecidas del país.

Leemos del Informe: “… siguen excluidos de la cobertura de banda ancha 9 millones de hogares, el 38,3% del total, con participaciones que van desde un mínimo del 30,4% entre los residentes en el Centro hasta un máximo del 46,6% para los residentes en las regiones del sur e islas; 2 millones 300.000 familias, el 9,6% del total, no estan conectados a internet e corren el riesgo de quedar completamente aislados de la vida digital que hoy coincide con la vida real; 5 millones 200 mil núcleos, que representan el 22,5% del total, están conectados sólo con el teléfono inteligente, un dispositivo que no permite realizar con facilidad el trabajo inteligente o el estudio a distancia, ni actividades como el home banking o la tramitación de trámites burocráticos, en los que incluso se pone en tela de juicio a las personas mayores”. 

Familias con fragilidad creciente

El último capítulo del Informe es de particular interés y ayuda a comprender mejor si y en qué medida la innovación tecnológica en comunicación ayuda a hacer crecer la "modernidad" del país: "Le Familias italianas con creciente fragilidad”. En primer lugar, cada vez menos familias: desde 2014, la tasa de crecimiento demográfico del país se mantiene estable con signo negativo: Auditel contabiliza las familias que residen bajo el mismo techo durante al menos 6 meses al año, reducidas un 2,4% frente a cinco años atrás, mientras aumenta la edad del jefe de familia (+64 años) y se registra que "... en los últimos tres años los hogares que se ubican en un nivel de poder adquisitivo medio-bajo y los ricos y medios se reducen. Asistimos, por tanto, a un descenso de la clase media, que de medio-alto pasa a ser medio y de medio a medio-bajo: el siguiente paso, si no se ponen en marcha medidas eficaces de apoyo a la renta, será la pobreza”.

Conclusión: que nuestro país puede correr hacia la "modernidad" está fuera de toda duda: queda por entender si el volante de esta carrera hacia la "modernidad" es la televisión, como dice el subtítulo del Informe, o si existen otros factores capaces de orientar mejor las perspectivas de desarrollo.

A partir del 20 de diciembre el nuevo interruptor

Finalmente, para retomar lo comentado al principio, conviene observar las cifras de quienes, a partir del 20 de diciembre, pudieron no puede recibir señal HD y, para seguir recibiendo sus programas favoritos, tendrán que desguazar el viejo televisor o adquirir un nuevo decodificador. Esta es la situación que se puede leer en el Informe:


Significa que “…quedan 3 millones 500.000 dispositivos anteriores a 2011 y que, presumiblemente, no son en modo alguno compatible con la transición a digital terrestre segunda generación. A ellos hay que sumar más de 11 millones de televisores de los que no es posible reconstruir la fecha exacta de compra y que posiblemente no sean capaces de soportar la nueva tecnología”.

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