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Relojes: Audemars Piguet Royal Oak, sueño y deseo de coleccionistas vintage

El margen de crecimiento de este reloj todavía parece amplio, especialmente en vista de la subasta temática antes mencionada que, en mayo de 2022, consagrará el mito del Royal Oak en el Olimpo de la relojería: el evento probablemente marcará el surgimiento definitivo en precios

Relojes: Audemars Piguet Royal Oak, sueño y deseo de coleccionistas vintage

En el mundo de la relojería, hay muchos relojes considerados "iconos", venerados y buscados con pasión por los coleccionistas. Pocos, sin embargo, pueden presumir de un diseño tan innovador y cautivador como el de Audemars Piguet Royal Oak, que al amanecer de sus 50 años aún sobrevive prácticamente sin cambios respecto al original. Menos aún son los relojes que han tenido un impacto en el mercado, tanto nuevos como antiguos, comparable al del querido modelo deportivo de la Maison de Le Brassus. Pero vamos en orden.

La la historia del Royal Oak comienza a principios de los años 70¿Cuándo Audemars Piguet, víctima de un sistema de producción desfasado y hundido por un diseño ya demasiado anticuado, está al borde de la quiebra. Charles Golay, presidente de la marca, decide ir a por todas: contacta con Gerald Genta, un joven pero ya apreciado diseñador especializado en relojes, y le encarga una nueva pieza. Las directivas son pocas, pero precisas: debe ser moderno, deportivo pero elegante al mismo tiempo, y sobre todo debe estar listo rápidamente. Cuenta la leyenda que el concepto porque el Royal Oak vio la luz del lápiz de Genta en solo una noche: no sabemos si es cierto, pero lo cierto es que, a lo largo de su vida, el diseñador suizo la siguió considerando su obra maestra.

En la portada: Audemars Piguet Royal Oak ref. 4502ST de 1975, créditos a Phillips (vendido por 76.200 euros)

Tras su introducción en 1972, el Royal Oak asombró al público. El diseño era realmente moderno y cautivador: una sólida caja de acero de forma octogonal, cerrada por ocho tornillos hexagonales, le confería un aspecto marcadamente deportivo. El cómodo brazalete integrado, combinado con el grosor extremadamente reducido gracias al uso del movimiento automático más plano disponible en el mercado, permitía deslizarlo con elegancia bajo el puño de una camisa. Sin embargo, el precio, más alto que el de un Patek Philippe de oro, desalentó inicialmente a los compradores.

En cualquier caso, tras una dificultad inicial, la popularidad del modelo se disparó: el Royal Oak hizo su aparición en las muñecas de actores, estilistas, deportistas y empresarios. Era un reloj verdaderamente transversal, tan cómodo en una sala de juntas como en la cima de una montaña. Tranquilizada por el éxito del reloj, y después de haber evitado para siempre el riesgo de quiebra, Audemars Piguet comenzó a ampliar la oferta, presentando una versión más pequeña de 36 mm junto con el modelo original "solo tiempo" y las primeras complicaciones. En 1984 hizo su aparición el calendario perpetuo (un mecanismo capaz de indicar el día, la fecha y el mes exactos de forma automática, incluso teniendo en cuenta los años bisiestos), una complicación en la que AP siempre ha sido especialista; mientras que en los años 90 fue el turno del cronógrafo y el tourbillon, un mecanismo que en su funcionamiento es capaz de compensar la fuerza de la gravedad para asegurar una precisión sin igual. En los años siguientes, también se lanzó la línea "Offshore", con impresionantes cronógrafos deportivos diseñados para marineros y conductores de automóviles.

Hoy en día, el Royal Oak sigue siendo el pilar del catálogo de Audemars Piguet. Su iconicidad queda demostrada por el hecho de que el modelo original todavía se ofrece, después de medio siglo, con modificaciones mínimas y proporciones inalteradas. La demanda de Royal Oaks –time only, cronógrafos o perpetuos– por parte de coleccionistas y aficionados es tal que el tiempo de espera se cuantifica en años, y los precios de reventa de los modelos que aún están en catálogo llegan a triplicar el precio de catálogo en algunos casos. Igualmente en demanda es vintage: en los últimos 5 años, el Royal Oak se ha convertido en protagonista de un inesperado y vertiginoso pero constante aumento de precios. Por el momento, la tendencia no muestra signos de detenerse y, de hecho, esperamos un crecimiento aún mayor en vista de la subasta temática programada en Ginebra la próxima primavera, en celebración del cincuentenario del reloj.

Si hasta hace poco era posible distinguir entre modelos más o menos cotizados, ahora la subida de precios es casi generalizada: las icónicas líneas del modelo bastan para encender el deseo en los coleccionistas. En cualquier caso, es evidente la predilección del mercado por los ejemplares en perfecto estado, con estuche original y documentación, un detalle que, en el mundo del coleccionismo, puede garantizar producto de más alta calidad. hasta un 30% de descuento sobre el precio de venta. Sin embargo, en cuanto a las versiones con calendario perpetuo, las más deseadas son las versiones producidas en ediciones muy limitadas, del orden de 2 a 5 piezas, por obvias razones de rareza. Como siempre, el mercado premia la exclusividad y las condiciones, que a lo largo de los años siempre han demostrado ser un factor de gran satisfacción.

Evolución media de los precios de la ref. 4502, el primero introducido en 1972 (solo tiempo de acero)

Lo que los coleccionistas aprecian en los relojes Audemars Piguet, y en particular en el Royal Oak, es precisamente el hecho de que algunos modelos se fabricaron con fines festivos, en un número limitado de ejemplares y con características que los diferencian inmediatamente de la producción estándar. A veces es el color de la esfera, otras el material de la caja, otras veces es la mecánica la que marca la diferencia, con complicaciones diseñadas específicamente para empaquetar verdaderas obras maestras de la relojería en la icónica caja octogonal cerrada por tornillos.

Comprar un Royal Oak en perfecto estado, acompañado de los accesorios adecuados como la caja, la garantía y el extracto de los archivos de Audemars Piguet, significa tomar posesión de un reloj que, desde hace cincuenta años, ha encendido los sueños y deseos de coleccionistas y adinerados. aficionados de todo el mundo. Un reloj que, en los últimos cinco años, ha registrado un aumento de precios en las subastas y en las ventas privadas que lucha por encontrar precedentes en el universo relojero.

Investigación realizada por Alvise Mori y Lorenzo Spolaor (TWB)

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