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Tfr avanza entre novedades e incógnitas: Hacienda y Seguridad Social Complementaria son las principales cuestiones a resolver

Antes de que se concrete el plan de indemnizaciones anunciado ayer por Renzi, el Gobierno deberá arrojar luz sobre varios puntos: ¿cómo se gravará el aumento de la nómina? Si aumenta la renta, el riesgo es subir la tasa marginal del IRPF - ¿Cómo se evitará el colapso de los balances del INPS y de las PyMEs? ¿Qué destino le espera a la pensión complementaria?

Tfr avanza entre novedades e incógnitas: Hacienda y Seguridad Social Complementaria son las principales cuestiones a resolver

La idea es esta: a partir del 2015 de enero de 50, anticipar el XNUMX% de La indemnización por despido. El primer ministro Matteo Renzi lo anunció ayer durante la conducción del Partido Demócrata, precisando que la operación se realizaría a través de un protocolo entre el Gobierno, ABI y Confindustria.  

El objetivo es revitalizar el consumo, apoyando tanto a la producción como a las arcas públicas, debido a la mayor recaudación relacionada con el IVA. Sin embargo, no sería una medida de alcance inmediatamente cuantificable, ya que los trabajadores podrían decidir si aprovechar o no esta posibilidad. Además, la intervención tendría una efectividad limitada en el tiempo: estamos hablando de una plazo máximo no superior a tres años, pero la hipótesis más probable es partir de pronosticar la novedad sólo para 2015. En cuanto a las cifras, los primeros cálculos suponen un incremento de 80 para los que ganan 2 euros al mes y de 50 para los que tienen un sueldo de 1.500. 

Es bueno aclarar que esta medida no tiene nada que ver con los famosos 80 euros: en ese caso se trata de un descuento del Irpef, mientras que la liquidación es fruto de las ganancias ya devengadas por los trabajadores. La indemnización por despido se calcula destinando para cada año una parte equivalente al 6,91% del salario, sobre la que luego se aplica una revalorización, y suele pagarse en una sola solución al término de la relación laboral.

El proyecto del que habla Renzi no fue desarrollado por los técnicos de Hacienda y sobre todo genera algunas dudas en el lado de los impuestos. La indemnización por despido hoy goza de un trato privilegiado y no está claro si su migración a la nómina ayudará a incrementar los ingresos, elevando así la tasa marginal del impuesto a la renta. Básicamente, el riesgo es pagar mas impuestos, a menos que elija el camino de retención de impuestos o impuestos separados del salario. 

El segundo orden de problemas se refiere INPS y PyMEs. Las empresas de más de 50 empleados trasladan las indemnizaciones que los trabajadores han optado por dejar en la empresa (en lugar de ingresarlas en planes de pensiones complementarios) a un fondo de Tesorería gestionado por el Instituto Nacional de Seguros. Las empresas con menos de 50 empleados, en cambio, lo mantienen en efectivo. Es claro que el anticipo de nómina tendría consecuencias potencialmente negativas en los balances tanto del INPS como de las PyMEs. Por no hablar de los efectos sobre el sistema complementario de pensiones. 

Por último, una cuestión de perspectiva. A la fecha, la cesantía se puede adelantar al trabajador para la compra de una primera vivienda o para sustentar gastos médicos. En otros casos se deja intacto, porque será necesario en el futuro, cuando la relación entre la población activa y los pensionistas será más desfavorable y el sistema de seguridad social aún menos sostenible. Anticipar las indemnizaciones por despido significa trasladar ingresos futuros al presente, con los riesgos que ello puede conllevar.

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