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"Cupido y Psique": la historia del alma en el Palacio Te y el Templo de San Sebastiano en Mantua

Del 13 de julio al 3 de noviembre de 2013, Mantua acoge la exposición Cupido y Psique – La historia del alma en el Palacio Te y el Palacio San Sebastiano: un itinerario histórico y artístico a través de los aspectos simbólicos y arquetípicos del antiguo mito de Cupido y Psique, revivido por Apuleyo en el siglo II d.C.

"Cupido y Psique": la historia del alma en el Palacio Te y el Templo de San Sebastiano en Mantua

La exposición, alojada en Mantua del 13 de julio al 3 de noviembre. propone un itinerario histórico-artístico entre los aspectos simbólicos y arquetípicos del mito de Cupido y Psique, a través de la yuxtaposición de hallazgos arqueológicos de Magna Graecia y la época imperial romana con obras clásicas y contemporáneas: de Tintoretto a Canova, de Auguste Rodin a Fabrizio Plessi, de Salvador Dalí a Alfredo Pirri. Un itinerario que idealmente se abre con "Cupido y Psique", la obra maestra de Giulio Romano conservada en la residencia de los Gonzaga.

La historia cuenta la historia de Psique, una mortal de igual belleza que Venus, que se convierte en la novia del Amor sin poder verle nunca la cara. Una noche, instigada por sus envidiosas hermanas, logra descubrir su rostro pero es inmediatamente abandonada por el dios. Psyche deberá por tanto afrontar una serie de pruebas, al final de las cuales obtendrá la inmortalidad y podrá reencontrarse con su marido.

La exposición –comisariada por Elena Fontanella, organizada por la Fundación DNArt, promovida por el Departamento de Políticas Culturales y Promoción Turística del Municipio de Mantua– presenta hallazgos arqueológicos de la Magna Grecia y la época imperial romana de los siglos IV y V a. de los Museos Capitolinos de Roma, el Museo Arqueológico Nacional de Reggio Calabria y otras importantes instituciones públicas. Se combinan con obras de arte clásicas (estatuas y pinturas de maestros como Tintoretto, Antonio Canova, Auguste Rodin, Salvador Dalí, Tamara de Lempicka y otros) para finalmente llegar a lo contemporáneo con las instalaciones de Fabrizio Plessi, instaladas en la Sala dei Giganti, y de Alfredo Pirri. Este último para la ocasión hizo Passi, una obra que, en el suelo de la Cámara de Cupido y Psique, ve una gran superficie de espejo colocada capaz de reflejar el techo, en el centro de la cual se coloca el Venus italiana de Antonio Canova.

Amor y Psique. El cuento del alma se basa en la interpretación del mito en clave neoplatónica que se daba en el Humanismo, para lo cual el error de Psique consiste en considerar lo divino como una realidad tangible y comprobable con los sentidos, mientras que sólo el corazón puede percibir plenamente su presencia. “La vida actual – declara la comisaria de la exposición Elena Fontanella – muchas veces niega al hombre los espacios de lo sagrado. Abrumados caóticamente por la existencia, no estamos preparados para afrontar las inmensas travesías interiores, hechas de vacíos y silencios, que nos pone la vida. Con la ayuda de uno de los más bellos relatos sobre el amor, la muerte y la vida, queremos acompañar al visitante por estos caminos del alma, utilizando las imágenes artísticas que, a lo largo de milenios, se han inspirado en esta historia”.

Hay dos secciones; el primero, al templo de san sebastián, construido sobre un proyecto de Leon Battista Alberti, alberga el dedicado íntegramente a la arqueología.

Que una Palacio Te sigue las diferentes etapas de la historia de Apuleyo -de la pasión a la serenidad lograda a través de la esperanza- e idealmente se abre desde el Cámara de Cupido y Psique, una obra maestra pintada al fresco por Giulio Romano conservada en la residencia Gonzaga.

La historia y la exposición parten ambas de la rivalidad en nombre de la belleza. Psique, la nueva Afrodita terrenal, crea sin saberlo una subversión del orden cósmico que pone en serio peligro la armonía misma de las antiguas reglas del mundo de los dioses. Por su parte, Afrodita -diosa de la belleza y el amor, que preside la fertilidad del cosmos sobre la que actúa el poder creador de Eros- se indigna ante el orgullo humano de un mortal que quiere competir con su encanto. En este primer ámbito se comparan obras de gran importancia, como la Venus de los Museos Capitolinos, el Venus italiana (1807-1808) por Antonio Canova e Venus (1528) por Palma el Vecchio.

Luego continuamos con el tema de la boda salvaje de Psyche, prólogo del drama que está a punto de desarrollarse. De hecho, una profecía ve a Psique casada con un monstruo; precisamente por eso, Eros ordena a Zefiro que la secuestre para llevarla a su palacio donde, con la ayuda de la noche y la oscuridad, podrá encontrarse con su amada. Psique, feliz en su nuevo hogar, sufre sin embargo la envidia de sus hermanas –símbolo de la conciencia femenina, o más bien de la voz interior que determina la evolución necesaria para concretar la superación del simple amor apasionado– que le sugieren matar a su amado.

Psique, en lo que representa el modelo más antiguo de acto sacrificial, espera que Eros se haya dormido para levantar la lámpara sobre él y ver su aspecto animal: una gota de aceite hirviendo, sin embargo, golpea su cuerpo tendido, haciéndolo saltar y huir. . Mientras Psique, con la iluminación, determina el conocimiento de su amor, Eros se ve abrumado por el amor que todo lo abarca de la mujer, que impone no la oscuridad del inconsciente sino la luminosidad de la conciencia y el conocimiento, creando un camino que también conduce inevitablemente al dolor y la separación.

Arquetipo de la relación hombre-mujer, esta escena está representada por obras como Eros durmiente (un mármol de la época imperial temprana, de un original helenístico de los Museos Capitolinos), Lecho funerario de Amiternum, (bronce y plata de finales del siglo I a. C. - principios del siglo I d. C., del Museo Arqueológico Nacional de Abruzzo en Chieti), Psique descubre a Cupido (siglo XVII) del Maestro de las Velas, procedente de la Galleria Borghese de Roma.

Privada de su amante, Psique cae en la más profunda desesperación y se entrega a Afrodita, con la esperanza de aplacar su ira. La diosa decide someterla a una serie de cuatro pruebas, la última de las cuales consiste en bajar al inframundo para pedirle a Perséfone el elixir de la eterna juventud. Será una torre, símbolo del conocimiento humano, para ayudarla en esta empresa; en el camino de regreso, sin embargo, la curiosidad vuelve a ganar a la niña que, al inhalar el líquido, cae en un sueño profundo similar a la muerte. Esta sección alberga una de las espléndidas piñas (pequeños cuadros votivos de terracota de la primera mitad del siglo V a. C.) de las excavaciones del Santuario de Perséfone en Locri, que representan la ofrenda de la bola a Perséfone.

Sólo Eros, que nunca se había resignado a vivir sin Psique, podrá despertar a su amada con sus flechas amorosas, asegurando a la historia el final feliz y el tierno abrazo representado en muchos grupos escultóricos célebres, como el vaciado en yeso de Pietro Tenerani la psique se desmayó, de 1822.

Amor y Psique de pie (1810 aprox.), obra maestra de yeso de Antonio Canova, atestigua la compasión de Zeus que concederá a los dos amantes unirse en la inmortalidad.

El mito trae así a la luz un punto de inflexión de época en el desarrollo de la religiosidad antigua y la concepción del alma: la capacidad de amar es una chispa divina, y la transformación del alma a través del amor es un misterio que nos acerca a Dios.

AMOR Y PSIQUE. El cuento del alma

Mantua, Palacio Te y San Sebastiano

13 julio - 3 noviembre 2013

Revisión