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Amortiguadores, el lío Confindustria-sindicatos podría convertirse en una fábrica de éxodos obreros

El reciente acuerdo entre Confindustria y los sindicatos sobre las redes de seguridad social de cara a la próxima Ley de Estabilidad corre el riesgo de crear una nueva fábrica de despidos al racionalizar los incentivos de despido con una liquidación extra que a menudo se traduce en una solicitud de adelantamiento de la edad de jubilación.

Amortiguadores, el lío Confindustria-sindicatos podría convertirse en una fábrica de éxodos obreros

Tal vez sea por su complejidad y por la prevalencia de implicaciones técnico-operativas que el acuerdo ''Propuestas de políticas laborales'', firmado el 1 de septiembre pasado por CGIL, CISL y UIL y Confindustria logró traspasar las noticias sin ser objeto de exigiendo investigaciones y pudiendo confiar, en los medios que han escrito y hablado sobre ello, sólo en la repetición acrítica del juicio expresado por sujetos estipulantes.

A decir verdad, para comprender cabalmente los casos regulados, se necesitaría una guía; pero basta un repaso para captar la ''misión'' de ese acuerdo, cuyo contenido se dirige al Gobierno para que, en la próxima ley de estabilidad, se adopten medidas útiles (necesariamente correctoras de la innovadora legislación sobre amortiguadores sociales). ) para "acompañar la transición" hacia el nuevo equilibrio, introducido por la ley de empleo y por las disposiciones de aplicación, entre políticas laborales pasivas y activas. En esencia, dicen los interlocutores sociales, las nuevas normas prevén una reducción de los instrumentos políticos pasivos con miras a fortalecer los activos que, "sin embargo, aún no se ha completado y solo desplegará plenamente sus efectos en los próximos tres años, siempre que la se asignan adecuadamente los recursos necesarios".

Ello, tanto en consideración a “la persistencia de una fase de bajo crecimiento económico, como por la incertidumbre sobre el momento de la plena implantación del nuevo sistema de políticas activas”. Para ser realistas, las preocupaciones de los sindicatos y Confindustria no son del todo infundadas, incluso si la historia reciente de la ley del mercado laboral (ahora es un tema de enseñanza universitaria específica) está ahí para demostrar -desde el paquete Treu en adelante- que la gestión de Transición siempre ha determinado una ultraactividad del pasado y un aplazamiento "padre muerto" del futuro.

A esta observación, los firmantes del acuerdo de 1 de septiembre responderían que, en la estructura del acuerdo, las cosas han cambiado y que, efectivamente, es su intención anticipar en la medida de lo posible el "plan operativo de reubicación" que se abordado y configurado de forma contextual desde las primeras operaciones de saneamiento y reestructuración, a través del fondo extraordinario de cesantías (entonces, ¿qué decir del hecho de que, en el acuerdo, ni siquiera se mencionan los centros de empleo y las agencias de colocación?).

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