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Amazon y el sindicato: desafío a la última votación en Alabama

¿Podría ser la creación de una sección sindical para 6 empleados en uno de los estados "negros" más pobres de América la clave para un cambio más amplio de recursos del capital al trabajo? Jeff Bezos lo teme y el propio Joe Biden entra en disputa poniéndose del lado de los empleados

Amazon y el sindicato: desafío a la última votación en Alabama

“Haz oír tu voz”. Joe Biden, el presidente de Estados Unidos, no dudó en salir él mismo a la cancha para convencer a los 6 mil Amazon empleados de Bessemer, un pequeño pueblo de Alabama, a votar para crear un anuncio una rama sindical, el primero de un gigante que ya cuenta con 960 empleados en Estados Unidos, más de la mitad contratados en los últimos 12 meses. Ante la perspectiva de que los sindicatos pudiesen pisar una provincia, por pequeña que sea, de su imperio que tiene 800 fábricas en Estados Unidos, casi todas de mayor tamaño, movilizó Jeff Bezos él mismo, instando a sus gerentes a no subestimar la amenaza. Y así nació un sitio web, DoItWithoutDues.com, para apoyar las razones para no, relanzado en casi todas partes de la fábrica. Incluso en el baño donde te recibe una voz mecánica que te recuerda que pagar en Amazon es de $ 15 por hora, el doble del mínimo legal en Alabama, así como en la mayoría de los Estados. 

El duelo Amazon/Goliat, un gigante que cuenta, es mucho más que un conflicto gremial 1,3 millones de trabajadores en todo el mundo, un ejército que crece como la pólvora (+38% en 2020, bajo los cielos de la pandemia) y un patrulla de trabajadores negros (85% de los trabajadores de Bessemer no son blancos). Lo señala, en entrevista al Financial Times, Marc Bayard, director del Instituto de Estudios Políticos de Washington: “Por un lado está una de las empresas más importantes y poderosas del mundo, por el otro una patrulla de trabajadores que vive en uno de los entornos históricamente más atrasados ​​y racistas áreas de los Estados Unidos. Aquí es donde puede disparar desde esa chispa que Amazon más teme”. Y no solo Amazon. El duelo en Alabama, de hecho, coincide con la ofensiva de la izquierda estadounidense contra el legado de los cuatro años de Trump y, más aún, con una larga temporada conservadora bajo la bandera del liberalismo, una reducción constante de la carga fiscal y el retroceso de intervención pública en la economía. Sucede que la batalla de Bessemer coincide con la lanzamiento del plan democrático para la economía, que se inspira explícitamente en el New Deal de Roosevelt y que, como señala el New York Times, es la antítesis perfecta de lo que declaró Ronald Reagan, hace 40 años, en el discurso inaugural de su presidencia. “Reagan – escribe el periódico – dijo que el gobierno no es la solución a nuestros problemas, es el problema. El plan de 2.200 mil millones de Joe Biden para reconstruir infraestructura en América, es la apuesta para demostrar que solo el estado puede hacer cosas colosales que los particulares no pueden permitirse". 

Pero aquí está, probablemente. El conflicto ideológico entre los hijos de la edad de oro del capitalismo, Bezos pero no solo, y el rescate radical. El dueño de Amazon, que también fue tenaz opositor de Donald Trump, ve en la unión”el grano de arena que puede hacer que el motor se atasque perfecto que él construyó”, el símbolo de esa flexibilidad que distingue al capitalismo made in USA y marca su fortaleza. “Amazon –escribe el Wall Street Journal– ha estado negociando y luchando con las organizaciones sindicales en Europa durante años y continúa haciéndolo. Pero siempre se ha opuesto por principio a iniciar una relación orgánica con los Sindicatos en Estados Unidos”.     

Por su parte, yoEl sindicato ve una oportunidad para salir del purgatorio en la que cayó en 2008/09, cuando ante los ojos de la opinión pública (ahora un 65% a favor del regreso de los sindicatos en los lugares de trabajo) aparecía como corresponsable de la crisis automovilística en Detroit. 

En definitiva, muchas cosas dependen de esa votación por correo que se cerró el lunes 29 de marzo, pero cuyos resultados tardan en llegar. Probablemente porque serán revisados ​​y verificados por una empresa independiente para evitar disputas, como ya pasó con la Casa Blanca. La predicción ve una victoria en los puntos de Amazon que, por ahora, puede haber rechazado la ola de protestas por el ritmo de trabajo impuesto por el gigante del comercio electrónico. Pero, sea como sea, es sólo un comienzo: después de cuarenta años de claro predominio del capital sobre el trabajo (y de la renta financiera sobre la renta), la rueda empieza a girar.      

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