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Giro, Etna: Nibali y Quintana defraudan

Sicilia exalta a Polanc, nuevo maillot rosa de Jungels - El esloveno, ya vencedor en Abetone en 2015, concluye triunfante una escapada de casi 180 km - Nibali y Quintana se controlan llegando con todos los demás grandes nombres al volcán.

Giro, Etna: Nibali y Quintana defraudan

Incluso el ciclismo conoce un decepcionante cero a cero. Ocurrió puntualmente ayer en el Etna, con Quintana y Nibali marcándose, con el Tiburón corriendo a dos km de la meta, dictado más que nada para complacer a su gente en Sicilia y el Cóndor que, imperturbable, ordena a Amador que se la aguante. . Entonces nada más. Para una etapa largamente esperada con la primera llegada desafiante en terreno elevado es realmente muy poco, como un mal partido de fútbol donde no hay goles pero no tiros a puerta.

Bloqueado por la táctica, los dos grandes favoritos, un esloveno Jan Polanc se encargó de ennoblecer al volcán, que hace tres días cumplió 25 años, con una hazaña que huele a coraje y pasado. Esprintado en vuelo con otros tres inmediatamente después de la salida de Cefalù, sus compañeros destacados en el ataque al Etna, resistió la persecución del grupo de los mejores - quienes, a decir verdad, no condenaron sus almas persiguiéndolo - concluyendo triunfalmente casi 180 km de escapada.

Una victoria sorpresiva pero no tanto dado que este esloveno ya había hecho algo similar al dominar en solitario la etapa de Abetone en el Giro de 2015, la que ganó Alberto Contador. Una etapa que no mueve nada al frente de los favoritos a la victoria final, pero que sirvió para crear un claro abismo entre los que corrían por la clasificación y los demás ya hundidos en retrasos cercanos a la media hora.

Es el precio que pagaron al volcán los tres primeros maillots rosas del Giro con Postlberger, Greipel y Gaviria que llegaron a los 1892 metros del Refugio Sapienza con diferencias de más de 20 minutos del ganador. Allí arriba no llegó ni el desgraciado Rohan Dennis, que se retiró en las primeras rampas de la Portella Femenina de Morteros, ni tampoco Javier Moreno, seguidor de Nibali, descalificado por el jurado por empujar a Diego Rosa.

Etna, si establece un empate entre Nibali y Quintana, ha dicho sin embargo que los dos grandes nombres del Giro harán bien en tener cuidado con un grupo de rivales que no han venido a Italia para acompañarlos. Sus nombres son conocidos: Geraint Thomas, Thibaut Pinot, Adam Yates, Steven Kruijswijk pero también Ilnur Zakarin, que ayer recuperó parte de los segundos perdidos por una caída en Cerdeña, se estiró en la final y terminó segundo a 19 segundos de Polanc y 10 segundos. por delante del grupo de los mejores regulados por Thomas por delante de Pinot.

En este grupo también estaba el luxemburgués Bob Jungels, compañero de equipo de Gaviria, que recuperó el maillot rosa que ya fue suyo durante tres días en el Giro del año pasado. No será un nuevo galo, el inolvidable escalador que le dio al Principado dos Vueltas y una Vuelta a finales de los años 50 y 60, pero es otro tema en auge que el Tiburón y el Cóndor tendrán que vigilar.

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