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Agricultura: la nueva política agrícola europea se aplaza a 2023

Una extensión útil para definir mejor las estrategias, las cantidades de productos y la sostenibilidad. Pidió nuevas ayudas económicas tras el coronavirus. De Castro podremos trabajar en una mejor PAC

Agricultura: la nueva política agrícola europea se aplaza a 2023

La carrera de obstáculos para la nueva política agrícola europea ha terminado. Tal vez. Si el próximo 30 de octubre el Parlamento Europeo no aprueba el presupuesto 2021-2027 y si no se definen los puntos principales de la reforma de la Política Agraria Común (PAC), la reforma entrará en vigor en 2023. Por lo tanto ya no en 2021 , como se estableció con prórrogas anteriores, pero en 30 meses a partir de julio. Un plazo útil para llegar a un acuerdo y contrarrestar los empujones soberanos incluso en este delicado sector. Un tiempo en el que habrá que estudiar a fondo las estrategias productivas, las cantidades y sobre todo la sostenibilidad de cadenas agroalimentarias virtuosas. La decisión fue tomada por la Comisión de Agricultura del Parlamento de la UE que también pidió la creación de un fondo anticrisis de más de 400 millones de euros. Dinero que se añadirá a las dotaciones ordinarias tras el desastre provocado por el coronavirus en el campo de toda Europa. El dinero, en particular, no es reembolsable.

La PAC es uno de los pilares de la Unión, pero desde 2019 se gestiona con normas transitorias. Actos políticos que muestran periódicamente límites, sufrimiento económico y maratones de negociación. Asistimos así a inevitables negociaciones entre ministros con repercusiones en las dos apuestas más importantes del mundo agrícola: la calidad y la producción. No obstante, la prórroga decidida en la Comisión deberá ser aprobada por el Consejo Europeo antes del 30 de junio.

El nuevo plazo de solicitud permitirá a los países individuales mantener los techos de gasto establecidos para este año. Una buena noticia. Durante los dos próximos ya no volveremos a oír hablar de los recortes hipotéticos en la fase de revisión de la PAC. Para Italia es una nueva oportunidad de apoyar, después de la pandemia de coronavirus, producciones orgánicas y ecosostenibles. Nuestra agricultura ha iniciado un camino de excelencia defendiendo el Made in Italy en los foros internacionales. La pandemia ha tocado tantos nervios en carne viva que solo las buenas decisiones políticas pueden curar. No sabemos cuánto temíamos o esperábamos, pero la postergación puede ser muy productiva

“La Comisión ha decidido aplazar la reforma, para ampliar los fondos europeos actuales evitando recortes en el presupuesto de la PAC, para reforzar las herramientas para hacer frente a los riesgos empresariales y crisis de mercado, como la generada por la emergencia del coronavirus”, ha señalado. Paolo De Castro Pd eurodiputado y coordinador de los Socialistas y Demócratas dentro de la Comisión de Agricultura. “Eventualmente tendremos más tiempo para trabajar en un mejor CAP”, agregó. El mayor margen de tiempo, al final, evita el tipo de racionalización de la agricultura tan cara a los gobiernos nacionalistas. Europa no se puede construir dañando los productos autóctonos ni poniendo límites y prohibiciones. En Italia, los procesos de agricultura sostenible están estrechamente relacionados con las energías sostenibles, la limitación de pesticidas, el crecimiento de la bioenergía.

Para este año siguen vigentes los 144 millones de pagos directos a empresas agrarias y los 230 para desarrollo rural. Otras noticias reconfortantes se refieren a la prórroga hasta 2021 de los pagos directos asignados a los agricultores antes del 2020 de enero de 2021 y la posibilidad de que el sector hortofrutícola revise los programas presentados más allá de XNUMX. Dos años y medio para contar las trabas que han caído.

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