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“¿Ley sobre las pensiones de vejez? De dudosa eficacia

ENTREVISTA A GIULIANO CAZZOLA (PDL) – “Fijar la edad de jubilación en 67 años en 2026 no es muy diferente de lo que hubiera pasado automáticamente con el sistema vigente” – “Esto penaliza a los sectores más débiles” – “ En cambio, deberíamos actuar sobre los viejos -pensiones de vejez, que te permiten jubilarte en promedio a los 58 años con 40 años de aportes”

“¿Ley sobre las pensiones de vejez? De dudosa eficacia

Giuliano Cazzola, diputado del Pdl y profundo conocedor del sistema de pensiones italiano, ha criticado recientemente al Gobierno en varias ocasiones por los retrasos en la elaboración del decreto de desarrollo y por la despreocupación con la que ciertos temas, el de las pensiones, pero no sólo, han sido abordados por el Ministro de Economía.

“La decisión de actuar solo sobre las pensiones de vejez –dice Cazzola– no solo es de dudosa eficacia, porque fijar la edad de jubilación en 67 años en 2026 no es en el fondo muy diferente de lo que habría sucedido automáticamente según el sistema actualmente vigente, pero sobre todo es injusto porque penaliza aún más a los sectores más débiles de la sociedad, es decir, a los que han trabajado poco y no llegan a los cuarenta años de aportes”.

Por lo que se debe actuar sobre las pensiones de vejez, es decir, aquellas que te permiten jubilarte en promedio a los 58 años con cuarenta años de aportes. Sin embargo, dado que el método de cálculo no se basa en pensiones correlacionadas con el monto de las contribuciones pagadas, sino en parámetros relacionados con los últimos salarios, el sistema requiere pagos importantes de quienes permanecen en el trabajo. En definitiva, hay una transferencia de recursos de los jóvenes a los jubilados.

“Las pensiones de jubilación –dice Cazzola– son las más caras y distorsionadoras. Muchos luego se jubilan y continúan trabajando, quizás ilegalmente, recibiendo así dos salarios. Hay que intervenir no con pequeños correctivos, como se ha hecho hasta ahora, que, además, hacen cada vez más chapucero el sistema y enfadan a las personas que quizás cobran su pensión con un año de retraso o que tienen que seguir trabajando sin la vigencia. de las cotizaciones que paguen además reconociéndose de cuarenta años. Me parece acertada la propuesta presentada también por Confindustria de llevar la edad de retiro a los 62 años, incluso para quienes ya han superado los cuarenta años de cotización, reconociendo sin embargo la vigencia de las nuevas cotizaciones de quienes deben continuar trabajando con el propósito de cálculo de la pensión futura. De esta forma el sistema se vuelve sostenible, pero también justo, y por tanto aceptable para los ciudadanos de todas las edades”.

Pero ahora ¿qué pasará? ¿Aceptará o no Europa la carta de intenciones elaborada por el gobierno italiano? “Creo – dice Cazzola – que Europa, como también ha dicho el gobernador Draghi, evaluará positivamente las intenciones del gobierno italiano. Pero entonces la respuesta final, la que realmente importa, vendrá de los mercados que tendrán que comprar títulos de deuda pública y los emitidos por particulares, empezando por nuestros bancos. Y ese será el verdadero momento de la verdad”.

Además, Europa no solo nos pide reformar las pensiones, sino una serie de reformas que pueden permitir a Italia aumentar su potencial de crecimiento. Pide un recorte del gasto público, eliminar monopolios, incluir criterios de eficiencia en el gasto y cambiar el mercado laboral, eliminando el escandaloso dualismo que penaliza a los jóvenes. ”

Ese es el punto, el problema es el del decreto de desarrollo que es difícil de sacar. Necesitamos encontrar el coraje, dice Cazzola, para encontrar nuevos fondos para financiar algunas medidas de estímulo económico. Por lo tanto, es necesario lanzar un activo de 6-8 mil millones para aligerar la carga fiscal sobre el trabajo, y probablemente también una composición vinculada a la entrada en funcionamiento del nuevo contador de ingresos. Luego, por supuesto, queda la necesidad de hacer más eficiente el gasto público y reducir el número de empresas controladas por el estado o por las autoridades locales, así como acelerar la venta de bienes inmuebles. Pero estas no son medidas que den resultados inmediatos, llevará tiempo y cohesión política”.

Y es precisamente la cohesión que falta tanto en la mayoría como en la oposición, donde, como bien escribió el director del Corriere della Sera, Ferruccio de Bortoli, a menudo prevalece el oportunismo y el populismo.

“No sólo eso –concluye Cazzola– sino que lo que está surgiendo en gran parte de la izquierda es una actitud antieuropea. Y esto es generalizado no solo en los flecos más extremistas que atacan a los bancos y argumentan que ya no debemos pagar la deuda, sino también en el gestor económico del Partido Demócrata que expresa molestia por la carta del BCE y continúa diciendo que la política económica de Europa es una política de derechas y que la crisis debe abordarse de otra manera. En suma, vuelve la ideología de apuntar a la creación de un mundo nuevo, con el riesgo de desastres que se corre cuando se intenta implementar una utopía más”.

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