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Adiós a Paolo Poli, teatro y genio

El gran actor que supo desnudar la Italia del siglo XX con gran ironía y profunda cultura falleció en Roma tras una enfermedad. Sus disfraces en "Santa Rita da Cascia" y "La nemica" son memorables. El alma toscana y la pasión por Collodi en su inolvidable interpretación que dio voz a Pinocho

Adiós a Paolo Poli, teatro y genio

Un gran hombre, un gran artista, un inolvidable artista del cambio, una persona de gran cultura. Paolo Poli falleció ayer en Roma tras un periodo de enfermedad. Habría cumplido 87 años en mayo. El alcalde de Florencia Dario Nardella, ciudad en la que nació, quiso definirlo difundiendo la noticia de su muerte en twitter, presentándolo como un artista versátil y libre. El funeral será en su ciudad.

LIGEREZA Y PROFUNDIDAD

Paolo Poli fue un maestro para todo un teatro entre variedad y perspicacia, lleno de ironía, sin la menor sombra de mal gusto en sus disfraces. Siempre ha sido un niño –recuerda Ansa al trazar el retrato suyo que retomamos aquí–, incluso cuando ciertamente estaba más allá de su edad. No podemos separarlo de esa vocecita impertinente de su célebre lectura e interpretación de Pinocho, él, hijo de Collodi y toscano impenitente hasta en su discurso, así como de la malicia con la que contaba cuentos de hadas para los más pequeños o novelas célebres. en la Radio en los años setenta.

La figura de sus futuros espectáculos ya estaba ahí, desde los grandes clásicos hasta la literatura romántica para señoritas. Brillante actor de vocación, con comedia inteligente y provocadora, pero siempre con un trasfondo lúdico, como en sus famosas apariciones "en travesti", Poli amaba los textos surrealistas, los lados oníricos, el ridículo del sentimentalismo, la burla rápida, la ironía que también desmonta y revela esa nota subterránea melancólica y existencial de todo verdadero artista.

Nacido en 1928 en Florencia, Paolo Poli era licenciado en literatura francesa con una tesis sobre Henry Beque y había comenzado trabajando en la radio y en el teatro vernáculo, hasta que se incorporó a la Bolsa Arlequín fundada por Aldo Trionfo en Génova. 

EPATER LES BOURGEOIS CON SANTA RITA Y EL ENEMIGO

De allí aterrizará en Roma, en la Cometa, con un espectáculo sobre Novellino en 1961, iniciando su recorrido por textos literarios de todo tipo. Narrador sarcástico particular y espectacular, tuvo su primer momento de verdadera gloria con "Santa Rita de Cascia" en 1967, a quien escandalizó y fue acusada de desacato a la religión. Siempre buscando ese lado paradójico de la vida, fuera y dentro del escenario, Poli siempre se burlaba de todo, pero es una apariencia, si para poder hacerlo siempre con tanta certeza significa que sabe cómo tomárselo todo en serio primero, con cierto criterio crítico y una verdadera sensibilidad, para poder pasar de la literatura a la vida con la misma actitud, por ejemplo, no ocultando su carácter homosexual, cosa seria, claro, pero sobre la que bromeó con la misma impertinencia que todos los demás. Así consigue, con naturalidad y en compañía de Ida Ombroni, que escribió con él los textos de muchos espectáculos célebres, pasar de Carolina Invernizio o Vispa Teresa a Savinio o Queneau, sin olvidar a algunos héroes románticos como Alfieri. 

Y tan ejemplar, si se quiere, queda en el fatídico 1969, su propuesta de "La nemica" de Niccodemi, su espectáculo más famoso, con una travesti' en compañía de sólo hombres y dando vida a una salvaje, madre italiana duquesa todo encantos. gestos efectivos, que se abanican las axilas con un abanico o mordisquean provocativamente la pobre boa de avestruz, trinando envueltos en la bandera, entonando toda clase de vocecitas y gritos histéricos, que se convierten en una crítica desde dentro, en una burla a ese mundo burgués de turno de los siglos XIX y XX, que llevaron al país a la guerra y al fascismo sin conciencia alguna. 

Se divertía, se disfrazaba, sacaba todos los encantos posibles, al final de cada función improvisaba y casi conversaba con el público, como un dichoso inmoralista de la ambigüedad y la crisis de valores, un querido pero solitario, un provocador único, un exhibicionista. quien rompió las hipócritas fronteras de la respetabilidad, haciéndolo siempre hasta en su propia piel. 

A pesar de su edad, enérgico e irreverente, incluso después de los 80 años, siguió frecuentando los escenarios, creando libros, como el audiolibro Emons en el que leyó por su parte "La ciencia en la cocina y el arte de comer bien". " de Pellegrino Artusi - y también volvió a la televisión en junio pasado después de más de 40 años en Rai3 con "E déjame entretener", 8 episodios junto a su amigo Pino Strabioli. Había sido, como de costumbre, un showman. “¿Mi pecado favorito? es orgullo Lo que no soporto, en cambio, es la pereza. El murmullo constante de algunas personas”.

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