El 15 de septiembre de 1830, hace exactamente 191 años, se inauguró en Inglaterra el primer ferrocarril del mundo para conectar dos ciudades. se trataba de la linea Liverpool-Manchester, de apenas 56 kilómetros de largo. Diseñado inicialmente para el transporte de mercancías desde el puerto de Liverpool (el más importante de toda Gran Bretaña), el ferrocarril tuvo tanto éxito que tan solo un año después de su inauguración, el tráfico de pasajeros ya había superado al de mercancías.
La vía férrea, sobre la que circulaba el tren a una velocidad máxima de 27 kilómetros por hora, permitía reducir el tiempo de viaje entre las dos ciudades poco más de dos horas, frente a las 6-8 horas por carretera.
La construcción requirió un considerable esfuerzo de ingeniería para la época: de hecho era necesario excavar un túnel de unos cuatro kilómetros y construir 64 estructuras entre puentes y viaductos (todas en mampostería a excepción del puente Water Street, cerca de Manchester, que fue el primer puente ferroviario de vigas metálicas) . El ferrocarril se diseñó y construyó directamente sobre doble vía, pues ya estaba previsto el considerable flujo de tráfico que catalizaría.
El viaje inaugural tuvo lugar el 15 de septiembre de 1830 entre la estación de camino de liverpool en Manchester (ahora parte del Museo de Ciencia e Industria) y el de Hedge Hill en Liverpool. Una curiosidad: durante uno de los primeros viajes el primer accidente fatal en la historia del ferrocarril. La víctima fue un conocido diputado de Liverpool, William Huskisson, quien se encontró en medio de las vías y subestimó la velocidad de la locomotora Rocket, que lo atropelló.
